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Aunque parece que las bolsas se han tomado vacaciones siguen cotizando, algo que han demostrado en pocas ocasiones este verano.

Las variaciones están siendo insignificantes, con algunas caídas recuperadas pocos días después. De hecho, la mayoría de bolsas europeas están, en el momento de escribir este artículo, en positivo en el mes de agosto. Aun así, debemos recordar los soportes que se debe marcar un inversor para saber si entrar o salir de una determinada inversión. Así como las resistencias que les marcarán los objetivos.

El IBEX se pelea desde hace meses con los 10.400-10.500 y actualmente está ganando. Aunque si no consiguiera los 10.200-10.250, que incluso tocó la semana pasada, deberían representar otro soporte. El más sólido lo tendría en 9.800-10.000. Por el contrario, el rango 11.800-12.200 marcaría el primer objetivo, tal vez demasiado amplio para operar con comodidad a plazos cortos, pero no a largos, que dependerá para cada inversor.

El EuroStoxx, que representa las 50 compañías más relevantes de la zona euro, no logra consolidarse por encima del 3.500. Cierto que no se está separando mucho, lo cual no es negativo. Los 3.300 sería un suelo no muy alejado en caso de no aguantar. Por arriba, los 3.800-3.900, un objetivo muy realista.

El DAX alemán también ha perdido puntualmente un nivel relevante, los 12.400. Aunque al igual que el EuroStoxx, sigue cotizando en su entorno. La recuperación y consolidación del mismo sería una gran señal y le daría vía libre de subidas. Si no lo consiguiera, en 12.000-11.600 tendría un suelo donde reposar a la espera de nuevas subidas.

El verano está poniendo a prueba soportes que, en caso de continuar con los datos marco y empresariales positivos, serían una lanzadera para continuar tendencias alcistas.