El 29 de octubre se celebró en Palma la multitudinaria Diada per l’Autonomia a la que asistieron más de veinte mil personas. | ARCHIVO

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Era el nacimiento de la democracia y estaba todo por hacer. En 1977 se celebraron las primeras elecciones democráticas al Parlamento español en medio de grandes cambios a nivel social y económico. En Balears, los trabajadores demandaban mejoras en sus condiciones laborales, mientras se rebasaban las previsiones turísticas en medio de una batalla entre hoteleros y touroperadores.

En este contexto, y en medio de una crisis económica con inflación y desempleo crecientes, surgió también la necesidad de los empresarios de unirse. Solo en el mágico 1977 aparecieron más de una veintena de patronales -que este año cumplen su 40 aniversario-. Los empresarios se unían para ganar fuerza ante las administraciones y los trabajadores, que organizados en sindicatos reivindicaban importantes aumentos salariales ante la galopante inflación, que superaba el 20%.

Muerto Franco, se inició la transición a la democracia. En las Islas la demanda de autonomía era casi unánime, junto a reivindicaciones aún hoy en boca de todos como compensaciones por la insularidad o un mayor reconocimiento para la lengua propia. El terrorismo golpeaba España -once muertos de ETA-, mientras el destape ganaba protagonismo. El movimiento ecologista, vinculado en ocasiones al mundo anarquista, tuvo su momento de máximo esplendor el 7 de julio cuando el grupo Terra i Llibertat ocupó sa Dragonera para impedir su desarrollo urbanístico.

En 1977 Televisión Española anunció que incorporaría un centro regional, la nadadora Antoñita Real se convirtió en todo un icono del deporte balear. Además, la desaparición de Elvis Presley y Groucho Marx convulsionaban el Estado. King Kong aparecía en la pantalla del Teatro Balear y el Hiper abrió sus puertas en General Riera causando una revolución en el pequeño comercio.

HACIA LA DEMOCRACIA. Las primeras elecciones democráticas fueron el 15 de junio de 1977. “El pueblo está votando después de 40 años de plena abstinencia”, tituló Ultima Hora cuando por fin llegó el día.
UCD triunfó en toda España y también en Balears, donde consiguió cuatro diputados, dos senadores por Mallorca y uno por Menorca. El PSOE consiguió dos diputados y un senador por Menorca. Alianza Popular sacó un senador por Eivissa.

El BOE publicó el 8 de enero la Ley 17/1977 que despenalizaba el uso de los nombres en catalán. El 13 de marzo se presentó el anteproyecto de Estatut d’Autonomia de l’Assemblea Popular de Mallorca en Cura. Y la mayoría de fuerzas políticas de Balears, a excepción de Alianza Popular y Círculo José Antonio, firmaron el Pacto Autonómico el 4 de junio por el que se comprometían a que los representantes de Balears al Congreso exigieran un Estatut para las Islas.

También fue un hito -aún hoy recordado- la Diada per l’Autonomia, del 29 de octubre. Más de 50.000 personas se dieron cita en la fiesta posterior, que contó con las actuaciones de artistas como Maria del Mar Bonet, UC, Albert Palou Bassa o Biel des Cantó.

A nivel estatal, 1977 fue el año de la recuperación de muchos de los derechos sociales que el franquismo había vetado. El 9 de abril se legalizó el Partido Comunista y el 27 de julio España solicitó la adhesión a la Comunidad Económica Europea. Además, el 14 de octubre se aprobó la Ley de Amnistía.

El 1 de abril se aprobó el derecho de asociación sindical con la ley 19/1977, que permitió a los trabajadores y empresarios constituir asociaciones profesionales en cada rama de actividad para defender sus respectivos intereses. Esto provocó la proliferación de numerosas asociaciones sindicales y patronales.

El 17 de agosto se encontró un artefacto en el Passeig Marítim, bajo el paso elevado del Club de Mar, que fue detonado de manera controlada por la policía en un descampado de Portals.

LA HISTORIA SE REPITE. En 1977, hace cuarenta años, ya se ponía de manifiesto la necesidad de un Régimen Especial de Balears. Se estaba gestando el nacimiento de la Universitat de les Illes Balears. Y ya entonces se pedía una Facultad de Medicina.

Un informe del Banco de Bilbao colocaba la economía balear en situación poco satisfactoria. La renta per cápita crecía por debajo de la media nacional y el sector industrial tenía una importancia casi nula. Además, la agricultura estaba en franca decadencia. El PIB per cápita balear era superior a la media española, pero la distancia se iba acortando de forma paulatina desde 1973. El paro era el gran problema y ya entonces se alertaba del excesivo peso del negocio turístico y los posibles efectos perniciosos sobre el medio ambiente. “El turismo ha consumido en veinte años el agua que la isla hubiera gastado en un siglo”, rezaba un titular de prensa de la época. Además, Palma era una “ciudad-garaje” y el río de coches que cada día invadían la ciudad no dejaba de aumentar.

TURISMO. La de 1977 fue una buena temporada. Todas las zonas turísticas de Mallorca y Eivissa colgaron el cartel de lleno absoluto y se hablaba de “invasión” aunque algunos hoteleros decían que solo eran dos meses buenos, no un boom. Llegaban más turistas, pero más pobres. El incremento de visitantes en España era del 12,7% -en Son Sant Joan las llegadas aumentaban un 15,1%-, pero disminuía el ingreso medio. El 12 de agosto se tuvo que cancelar un chárter Bilbao-Eivissa por falta de alojamiento en la isla, y los veraneantes fueron recolocados en Menorca.

La negociación del convenio de hostelería se alargó todo el año y provocó paros y huelgas masivas -la del 4 de junio se considera histórica, con la participación del 90% de los trabajadores-. También fue polémico el nacimiento del primer free shop de Sont Sant Joan, que tuvo una avalancha de quejas por parte de hoteleros, comerciantes y políticos.

En plena negociación con los touroperadores, los hoteleros manifestaron que Mallorca se estaba regalando y malvendiendo y explicaban que si los precios no aumentaban un 30%, muchas empresas tendrían que cerrar. En cambio, las agencias de viajes y touroperadores se quejaban de las basuras, los ruidos nocturnos y el “servicio deficiente”.

CRISIS ECONÓMICA. España tenía grandes dificultades económicas, aunque crecía en torno al 2%. El desempleo se consideraba un gran problema -a pesar de que se movía en torno al 5%- y se deterioraba la inversión. La principal lacra era la inflación desbordada, que se calculaba que sería del 30% en 1977, frente al 19% de 1976. El Gobierno decidió devaluar la peseta, provocando un incremento de precio de las importaciones, como la gasolina o las materias primas de la industria, lo que dificultó la exportación. En febrero, la gasolina normal costaba 25,50 pesetas. En julio subió a 31 pesetas.

En cuanto a las exportaciones, dos empresas de Mallorca figuraban entre las 100 españolas con mayor cifra de exportación del ramo del metal. Eran Casa Buades, que en 1976 exportó por valor de 74.440.000 pesetas y que ocupaba la 40º posición, y Perlas Majórica, cuyo montante exportado se elevaba a 60.958.087 pesetas y ocupaba el puesto 46º.

MOVILIZACIÓN OBRERA. Con tales niveles de paro e inflación, el clima en la calle era de protesta continua y las huelgas y manifestaciones eran el día a día. Los Profesores No Numerarios (P.N.N.) se pusieron en huelga a principios de año. Cuando se llegó a un acuerdo con los P.N.N. de instituto, siguió la huelga en los sectores de la construcción y del metal. También los controladores aéreos hicieron huelgas ese verano, provocando colas de hasta dieciséis horas de retraso. Hasta los jugadores del Real Mallorca se encerraron en los vestuarios en protesta porque no cobraban.

En 1977 se constituyeron, por ejemplo, la Federación Provincial de Transportes de UGT, el Sindicat d’Enseyança Privada y la asociación de guías profesionales.

UNIÓN EMPRESARIAL. A raíz de la ley de asociación sindical, en 1977 también aparecieron numerosas asociaciones empresariales, como son la Asociación de Fabricantes de Calzado de Balears, la Asociación Provincial de Albañilería, la Asociación Provincial de Empresarios de Actividades Marítimas, Asinem, Infocal, Afedeco, la Asociación de Restauración, la Federación Hotelera de Balears, la Agrupación de Agencias de Viaje, la de Cadenas Hoteleras, Unió de Pagesos o las asociaciones de transporte discrecional, transporte regular, transporte de mercancías y taxis, que formaron también la Federación Balear del Transporte. Otras asociaciones empresariales nacidas en 1977 fueron la de Protésicos Dentales, Fabricantes de Cerámica para la Construcción, Comerciantes de Electrodomésticos, Transportistas por Autocamiones, Fabricantes de Bebidas Refrescantes, Torrefactores de Café y Associació de Pedreres.

Asimismo, los propios empresarios también vieron la necesidad de constituir patronales que agruparan a los empresarios más allá de su sector. De este empeño surgieron también PIMEM y CAEB.