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Inspirado en una reciente entrada del blog “Guerras Posmodernas” titulada “Equipo Rojo: Pensando como los terroristas”, el analista de seguridad Jesús M. Pérez Triana introduce el concepto de “equipo rojo”.
Siendo el origen del término bélico, está relacionado con la necesidad que tienen los ejércitos (o las empresas) de encontrar vulnerabilidades en sus estrategias y sus defensas. El concepto es sobradamente conocido desde finales de los ochenta, como digo, en el mundillo bélico y, de forma más reciente, en el entorno de la seguridad informática.

No soy la persona más indicada para escribir sobre guerras, ni sobre virus informáticos, pero sí que puedo opinar sobre crecimiento económico. En Eivissa (isla), y en el resto de las islas supongo que también, se está comentando que la temporada no está cubriendo las expectativas, que la calle está vacía y que la gente no gasta... Seguro que las explicaciones pueden ser muchas y hasta podremos aceptar ola de calor como animal de compañía, pero una de ellas es que generalmente la oferta sigue a la demanda hasta sobrepasarla, esto genera un exceso de oferta y entonces todo se va al garete. Esto es el capitalismo amiguitos, para bien (y que dure) o para mal: recuperación, auge, recesión y depresión.

Inspirado en el artículo que cito al principio pienso que podría ser una buena estrategia para muchas empresas crear su propio un equipo rojo en el seno de su organización. Ni siquiera tendría que ser un equipo “a tiempo completo”. Posiblemente bastaría con la asunción de algunos empleados clave del rol de “malote de guardia” -(casi) de terroristas- no tanto para planificar un atentado -lo escribo y ya me estoy arrepintiendo- como, y ahora sí, imaginaran qué pasaría si tras una hipotética cima, por ejemplo en 2015, comenzara económicamente un aterrizaje suave (o no tan suave, por pensar). Cada gerente tiene en mente, de forma explícita en un “cuadro de mando” o se forma implícita en su propia cabeza, cómo se movieron sus propios indicadores clave en el pasado… y ese equipo rojo podría ayudar a imaginar/prever cómo se pueden mover en el futuro a modo de test de estrés.

No se trata de ponerse la venda antes de la herida sino que se trata, como dirían las abuelas, de prevenir antes de curar.