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Los datos de desempleo del mes de junio han sido estupendos según todos los analistas y en Menorca hacía una década que no se conseguían unas cifras tan bajas. ¿Puede estar satisfecho el Gobierno? Quizás sí, porque vive de titulares, pero en realidad lo que se consolida ad perpetuam es un país más pobre que antes de la crisis, donde se gana menos por trabajar, en el que la macroeconomía ha despegado y la microeconomía no tendrá nunca pista.

Me leo esta semana el informe que tiene publicado el OBSAM (Observatorio Socioambiental de Menorca) sobre la Diagnosis inicial del Plan de Ocupación de Menorca y el Plan Menorca Joven de agosto de 2016 y se me ponen los pelos de punta. De entrada, la principal constatación es que la tasa de paro juvenil en Menorca es muy superior a cualquiera de las Illes Balears. En segundo lugar, desde el punto de vista demográfico, la isla tiene unos saldos migratorios negativos que están contribuyendo a un envejecimiento progresivo de la población, que dejan una estructura de pirámide de población que puede generar serios desequilibrios a futuro.

Y en cuanto a la economía familiar, en 2010 la mitad de los hogares menorquines contaban con unos ingresos netos mensuales entre 1.000 y 2.000 euros y solo una cuarta parte de los hogares los tenía superiores a los 2.000/mes.Hoy día, un 60% de las personas afirman tener dificultades para llegar a final de mes y la tasa de riesgo de pobreza ha ido en aumento, hasta el punto de que en 2015 más de la quinta parte de la población estaría en pleno riesgo de pobreza.

Pero lo que más llama la atención es el panorama negro que dibuja del mercado juvenil laboral de Menorca, porque habla de que la tasa de ocupación para jóvenes menores de 24 años es la más baja del conjunto de la población en edad laboral, el desempleo entre las personas menores de 30 años presenta unas tasas muy altas en general en todas las islas, pero muy preocupantes en el caso menorquín.

Si ponemos porcentajes en el resto de Balears equivale entre el 20 y 30% de personas jóvenes en paro, pero es que en Menorca hablamos del 50% (en plena crisis fue del 74%). Una situación compleja para la gente joven, que se recrudece cuando afirma el estudio que no hay un encaje entre la oferta formativa y las demandas empresariales (esta misma semana las patronales del mar ponían encima de la mesa sus quejas por esta situación con el Centro de Referencia de la Mar). La pregunta es: ¿Estamos a tiempo de solucionarlo?