La mesa de expertos estuvo formada por Onofre Martorell, Miquel Font, Pere Salvà, David Carrasco, Gonzalo Adán y Antoni Riera. | J. J. Monerri

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El futuro de las pensiones preocupa a los ciudadanos de Balears, aunque esta inquietud no se traduce en ahorro para el momento de la jubilación.

David Carrasco, director del Instituto BBVA de Pensiones, explicó días atras que la IV Encuesta sobre la jubilación y los hábitos de ahorro refleja que un 41% de la población balear cree que vivirá con aprietos cuando se jubile.

El Restaurante Ola del Mar, situado en el Portitxol, fue el marco escogido para un diálogo franco y sin tapujos sobre las pensiones. Antoni Riera, catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears (UIB); Pere Salvà, catedrático de Geografía Humana de la UIB; Onofre Martorell, presidente del Col·legi d’Economistes de Balears; Miquel Font, licenciado en Administración y Dirección de Empresas (MBA) y licenciado en Derecho, y Gonzalo Adán, licenciado en Psicología y director del Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), intercambiaron puntos de vista sobre las pensiones con David Carrasco, coincidiendo en señalar que la población necesita información para adoptar las medidas que consideren más oportunas para el futuro.

El Instituto BBVA de Pensiones, que dirige Carrasco, es una iniciativa que se enmarca en el paraguas global de la responsabilidad social corporativa. No vende ningún tipo de producto, ni transmite las bondades de los planes de pensiones o de los fondos de inversión. Tiene como objetivo facilitar el acceso a información sobre la jubilación de una manera sencilla y comprensible, utilizando herramientas y canales adaptados a la población.

PREOCUPACIÓN. La encuesta del Instituto de Pensiones asegura que un 41% de la población de Balears considera que cuando se jubile vivirá con aprietos, lo que supone un 2% más que la media española. “Cuando hablamos de pensiones hemos de saber en primer lugar que hoy vivimos más, pero no un poco más. Los sistemas de pensiones existen desde que el hombre es hombre. A finales del siglo XIX se creó el primer sistema moderno. Fue en 1889 en Alemania y la edad de jubilación era de 70 años, con lo que eran muy pocos los que llegaban a cobrarla”, explica Carrasco, que considera que el actual sistema de pensiones no se puede sostener. “Es difícilmente sostenible con pensiones tan generosas como en la actualidad, que por cada cien euros del último salario recibes de media unos 75. En la OCDE, la pensión media sobre el último salario ronda el 50%”, argumenta.

Carrasco cataloga el sistema de pensiones español “de reparto y solidaridad intergeneracional”. “El reto es que al llegar la hora de la jubilación haya una generación de trabajadores que pague mi pensión”, asegura y añade que “es probable que la generosidad actual, cobrando el 75% del último salario, tienda a reducirse de forma progresiva”.

El director del Instituto BBVA de Pensiones incidió, con la anuencia de Pere Salvà, en la importancia de la longevidad, que aumenta de forma considerable el coste de las pensiones. De esta manera, menos trabajadores deberán afrontar el pago de más pensiones. De hecho, en 2003 se pagaban pensiones durante una media de 19 años desde la edad de jubilación y hoy ya son más de 21.

La principal idea que trasladó Carrasco es que la coyuntura es complicada: a partir de 2025 se empezará a jubilar la generación del baby boom, por lo que habrá más jubilados, que vivirán más, y que cobrarán pensiones mayores, ya que son una generación más formada.

Balears es la tercera comunidad, por detrás de Navarra (51%) y Aragón (44%), con más esperanza de mantener su nivel de vida cuando dejen de trabajar (42%) y un 33% de los ciudadanos de las Islas considera que tienen capacidad de ahorro.

Los ciudadanos de las Islas creen que necesitarán para vivir adecuadamente una vez jubilados una media de 1.286 euros, una cantidad muy superior a la pensión media de jubilación.

REFORMAS DEL SISTEMA. Uno de los retos de futuro es que se puedan pagar pensiones que eviten que los jubilados sean pobres. En este sentido, se han hecho ya dos reformas en los años 2011 y 2013. “Se decidió retrasar de forma gradual la edad de jubilación hasta llegar a los 67 años en 2027. Además, las pensiones ya no se incrementan en función del IPC. Desde el 2013 no se pueden revalorizar menos de un 0,25% ni más del IPC más 0,50%”, afirma.

El sistema de pensiones cuesta cada año aproximadamente 120.000 millones y este año el déficit será de 17.000 millones de euros. Previsiblemente, en diciembre del año que viene se acabará el fondo de reserva.

EDAD DE JUBILACIÓN. Interrogados sobre la edad de jubilación, los trabajadores de Balears aseguran que les gustaría jubilarse, de promedio, a los 60,9 años, pero solo uno de cada tres (34%) cree que podrá dejar de trabajar a la edad que desea. La media española deseada se sitúa en los 61,1 años, pero solo el 31% cree que conseguirá jubilarse a la edad que desea. Además, el 73% de los isleños quisiera decidir libremente la edad de su jubilación y que la pensión se ajustara en consecuencia.

Tres de cada cuatro españoles (74%) creen que los jubilados perciben menos pensión de lo que cotizaron como trabajadores cuando la realidad es bien diferente. Sin embargo, David Carrasco explicó que la percepción no se ajusta a la realidad. “Pagamos el 28% de cotización media. Si quiero recibir una pensión similar a mi salario durante 21 años, tendría que cotizar entre 60 y 70 años para que lo que aporte sea lo mismo que lo que reciba durante toda mi vida. De acuerdo que no cobramos el 100%, cobramos el 74%, pero aun así serían 50 años, y nadie cotiza tanto. Luego la pensión está siendo generosa con la sociedad. Es tan generosa que es difícilmente sostenible”, explicó.

La encuesta refleja que el 71% de los españoles es partidario del establecimiento de una cuenta individual en la que cada persona pueda hacer un seguimiento de las cotizaciones que va acumulando a lo largo de su vida laboral.

Uno de los principales problemas es la desinformación, ya que en Balears, 8 de cada 10 ciudadanos se considera poco o nada informado sobre su pensión. Las dudas que genera el sistema de pensiones provoca que el 79% de los españoles considere aconsejable ahorrar para complementar la pensión de la Seguridad Social. No obstante, el 68% no ha comenzado a ahorrar para la jubilación. La justificación entre los más jóvenes es que “falta mucho”, mientras que los mayores de 35 años aseguran que no se ven capaces de ahorrar.

Balears es la cuarta comunidad con más capacidad de ahorro. De hecho, un 33% de la población tiene capacidad de guardar parte de sus ingresos mensuales para el futuro, solo por detrás de la Comunidad Valenciana (38%), Murcia (35%) y Catalunya (35%). En Balears, de los que no han comenzado a ahorrar, la mitad argumenta que falta mucho para la jubilación, el 30% explica que no tiene capacidad y un 17% confía en la pensión pública.

En el futuro está claro que para cobrar una pensión habrá que trabajar más años y cotizar más. Todo apunta a que, además, la pensión será menos generosa. De esta manera, será imprescindible complementar la pensión pública para mantener la calidad de vida. La mejor forma de ahorrar para el futuro no está clara y cualquier manera puede ser positiva. En todo caso, y antes de adoptar cualquier decisión, es imprescindible tener la información, saber a qué edad llegará la jubilación y cuánto cobraré. Será entonces cuando los ciudadanos podrán decidir sobre su futuro. En este sentido, planes de pensiones, fondos de inversión, la bolsa o los bienes inmuebles... son algunas de las fórmulas posibles.

Onofre Martorell, profesor de la UIB y presidente del Col·legi d’Economistes de Balears, incidió en que el mercado laboral es fundamental al plantear el futuro de las pensiones. Al tiempo, Antoni Riera, profesor de Economía Aplicada de la UIB, añadía que el diagnóstico es unánime entre analistas ya que es un tema puramente de datos, no de opiniones.

Por su parte, Pere Salvà, catedrático de Geografía Humana, puso de manifiesto que aunque se tiende a pensar que el problema es de exceso de población, no es así, sino que es un tema de recursos. Gonzalo Adán incidió en que la inestabilidad institucional repercute negativamente en la búsqueda de soluciones. Y Miquel Font, abogado y economista, puso sobre la mesa el papel de los incentivos fiscales en la motivación del ahorro.
David Carrasco, en una opinión unánime, sostuvo que el principal problema es la falta de información. “Dentro de 30 años las pensiones serán menores, menos generosas, y para poder decidir sobre el futuro, los ciudadanos deben conocer cuál es su situación”, concluyó.