El actual gerente empezó con 21 años y su hija Laura, con la misma edad, se incorporó a su lado hace cuatro años para llevar la parte comercial. | Javier Coll

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Fue la primera empresa de transporte de Menorca especializada en mudanzas para particulares, empresas y administraciones públicas. Desde Maó al mundo entero gracias a una amplia red de colaboradores y un equipo humano que ha sabido transmitir a sus clientes la tranquilidad de que cualquier enser estará siempre en buenas manos y será tratado con la máxima delicadeza.

Mudanzas Menorquinas SL ha cumplido este año su veinticinco aniversario desde su apertura en 1991, con el privilegio de haberse convertido en un aliado imprescindible para cualquier cambio de casa y con la mirada puesta en seguir prestando un amplio abanico de servicios como guardamuebles o llaves en mano. La segunda generación ya se está incorporando progresivamente para seguir dando impulso al negocio con ganas de mejorar y renovarse.

ORÍGENES. Pedro Rodríguez Camps acababa de cumplir 21 años y trabajaba en una tienda de muebles cuando Fernando Argilaga Subirats le propuso asociarse para montar una empresa de mudanzas en Menorca. La isla tenía en 1991 un gran número de militares que iban y venían, que se instalaban temporalmente al ser destinados y que se sumaban también a la lista de funcionarios que habitualmente llegaban o eran trasladados. “Fueron los primeros clientes a los que atendimos con un pequeño camión que compramos”, explica el actual gerente haciendo un poco de historia de sus inicios.

Abrieron la primera oficina en la calle Artrutx del polígono de Maó, pero al poco tiempo se trasladaron a una nave para poder ofrecer el almacenaje de muebles que provocaban los traslados. “Era una nave de aproximadamente 250 metros cuadrados que ya arrendamos con la idea de utilizarla como guardamuebles. Incorporamos a la flota un segundo camión de 9.000 kg y contratamos a una secretaria”, detalla. En 1994, Pedro Rodríguez se hacía con la propiedad de todo el negocio al comprarle las acciones a su socio, que en aquel momento decidió desvincularse por motivos personales. “Poco a poco íbamos creciendo en traslados locales y nacionales, pasando de realizar unas cien mudanzas al año a tener prácticamente una por día”, añade.

Cuatro años más tarde volvieron a trasladarse a una nave mucho más grande del mismo polígono industrial donde instalaron una serie de containers adaptados, que servían para ofrecer el servicio de guardamuebles que protegía mucho mejor los enseres personales y optimizaba el espacio disponible. “No hay que entender la mudanza como la simple acción de un traslado de un punto a otro, sino que a veces, por circunstancias derivadas de reformas o venta de inmuebles, mientras no se puede disponer de una nueva casa, la necesidad del cliente es poder tener un sitio temporal para tener depositadas todas las pertenencias”, comenta el gerente.

La crisis inmobiliaria de 2008 les obligó a tener que realizar una reestructuración porque disminuyó la cifra de cambios de vivienda. Entonces optaron por trasladarse al polígono industrial de Sant Lluís, en el que actualmente tienen dos naves de 800 m2. También disponen de una oficina de atención al público que abrieron con fines comerciales hace dos años en la calle Borja Moll de Maó.

INTERNACIONAL. La experiencia de hacer mudanzas a nivel local y nacional a lo largo de todos estos años les ha llevado a poder realizar servicios internacionales, que han estado haciendo en colaboración con otras empresas de mudanzas, bien porque la descarga la realizaba una segunda empresa en destino final, bien porque contaban con equipos profesionales que participaban desde el origen del encargo hasta el punto final.

El Reino Unido ha sido uno de los destinos más habituales pero no ha sido el único, tal y como recuerda su gerente, ya que en cierta ocasión, hicieron una mudanza desde Playas de Fornells hasta Israel. “Realmente no hay límites geográficos porque, operativamente, establecemos colaboración con cualquier empresa de mudanzas que nos ofrezca garantías en destino y si nos lo requieren, hacemos nosotros mismos todo el proceso integral, desde el embalaje, la carga, el transporte, el desembalaje e incluso la colocación.

Del mismo modo contactan con nosotros otras empresas de mudanzas de cualquier parte del mundo, que buscan a alguien en Menorca para realizar el servicio como destino final. Para los clientes ingleses, como son los más habituales, contamos con un acuerdo de colaboración con la empresa Menorca Space”, comenta Pedro Rodríguez. Las inmobiliarias les derivan también servicios a prestar y este último tiempo han estado realizando distintas mudanzas para clientes franceses que están viniendo a vivir a la isla.

También ofrecemos la posibilidad de hacer todo el servicio llaves en mano cuando nos lo solicitan y de este modo, el cliente encuentra colocados todos sus bienes o montados sus muebles en su nuevo domicilio”, añade. “Contamos con elevadores, fundas protectoras, embalajes especiales para cualquier tipo de mueble, desde pianos hasta cajas fuertes. Respecto al tiempo que se puede tardar en hacer un traslado, depende mucho del volumen de cosas que hay que trasladar, pero intentamos hacerlo en plazos de 24 horas de media”, añade. “Pero no siempre es así porque la semana pasada hemos estado cinco días haciendo una mudanza en una finca situada en el campo menorquín”, concluye.

ADMINSTRACIÓN PÚBLICA. Las mudanzas no solo afectan a los particulares sino que las empresas y las administraciones públicas también forman parte de la clientela de la empresa. “En su día realizamos el traslado de todo el material del antiguo hospital Verge del Toro de Maó hasta el nuevo hospital Mateu Orfila. También nos encargaron hacer la mudanza desde los antiguos juzgados cercanos a la Plaza Miranda de Maó hasta el nuevo edificio”, comenta el gerente. Últimamente han estado prestando sus servicios al Museo de Menorca, que se encuentra en obras por las reformas de climatización, y han realizado diversos traslados dentro las propias dependencias. Otros servicios especiales han sido, por ejemplo, con notarías, a las que hacen no solo el transporte sino también la colocación de libros de protocolos en estantería.

Mudanzas Menorquinas se ha ido adaptando a lo largo de todos estos años a las necesidades surgidas, porque cada traslado acaba siendo único. “Tenemos una trayectoria que nos avala y el boca oreja funciona muy bien en Menorca, aunque estos últimos años los clientes también nos están llegado por internet. De hecho, mi hija Laura, que se incorporó hace cuatro años, está trabajando en renovar la página web y la imagen corporativa que proyectamos hacia el exterior. Estamos trabajando en una nueva web más interactiva y dinámica que nos permita desplegar todos los servicios que somos capaces de ofrecer. En el fondo, estos veinticinco años han pasado muy rápido y tenemos que prepararnos para los nuevos tiempos”, concluye el gerente.