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Si finalmente se acaba materializando la puesta en marcha del Parc Bit en Menorca de aquí a finales de año, estoy convencido que se logrará un impulso sin precedentes del sector TIC de la isla. Algunos criticaron en su momento que no hacía falta un edificio para dar forma a un clúster tecnológico pero creo que el hecho de poder concentrar en un espacio físico a todos los desarrolladores de software, el hecho de poder disponer de un punto de referencia en la isla, les ayudará a colaborar y competir (coopetir), proyectarse a nivel insular y, cómo no, hacia el exterior.

Como ejemplo que sirve de precedente para escépticos se puede explicar el éxito de lo sucedido con Joves Empresaris de Balears en Menorca desde que consiguieron poner en marcha su Plató de Joves para emprendedores en el polígono industrial de Maó en octubre de 2012. Tres años en los cuales han conseguido convertirse en imán para nuevos emprendedores, pese a que el incendio sufrido este mismo verano les haya obligado a buscar cobijo temporal en la sede de la CAEB.

En cualquier caso, apostar por el sector TIC en Menorca es apostar por mejorar la competitividad de las empresas menorquinas y por la creación de un sector de futuro (coincido con la Nota de Opinión emitida por el Cercle d’Economia de Menorca), que no necesita flete marítimo para exportar conocimiento y que encaja perfectamente con la idea de convertir la isla en un centro de atracción de este tipo de talento. Así lo demostró la primera edición de Menorca Millennials en junio de este año. Y si sumamos la noticia revelada hace pocos días de que la feria tecnológica Menorca Connecta tendrá continuidad con una segunda edición a finales del mes noviembre, podemos hablar de iniciativas que contribuyen a reforzar el sector quinario, el que la Dra. Carolina Beltrán se ha encargado de definir como esencial en la economía menorquina.

Por ello, me sorprende que de las cien personalidades que participaban la semana pasada en la celebración del segundo aniversario de El Económico, respondiendo a los retos que tenía la economía de Balears, salvo el representante de Turistec en Menorca, ninguna se refería expresamente a la apuesta por el sector TIC. Muchos hablaban de repensar el modelo económico y productivo, de buscar alternativas y diversificar. Llego a pensar que quizás se trate de un tema generacional y que no se menciona más por desconocimiento que por omisión. En cualquier caso, el archipiélago balear no tendría que obviarlo y Menorca puede aprovecharlo como palanca para poder mejorar su porvenir.