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Dicen que el éxito es conseguir lo que se quiere y que la felicidad consiste en querer lo que se ha conseguido. Menorca respira un optimismo cauteloso que la obliga a ser feliz con lo que tiene. Los indicadores económicos del primer trimestre de 2015 que conocimos la semana pasada de la mano del Cercle d’Economia de Menorca, gracias al boletín que editan conjuntamente con el Institut Menorquí de Estudis y el Observatorio Socioambiental, así lo confirman. La mejora de indicadores como el consumo eléctrico o de combustible, la matriculación de vehículos, la entrada de mercancías y la recuperación del mercado turístico nacional o del sector de la construcción nos sitúan en un escenario favorable al que esperamos sumar en pocos días los resultados turísticos que pronostican una temporada excepcional. Sin embargo, informaciones como los casos de overbooking, las críticas a la falta de oferta atractiva o los precios abusivos en determinados servicios no se pueden convertir en el peaje a pagar. Caer en la sobreocupación supondría perder el mejor atributo que tenemos. Habrá que analizar, como decía acertadamente la Dra. Carolina Beltrán hace unos días, cuáles son los drivers que han propiciado este récord de turismo.

Por otro lado, las cifras de ocupación no mejoran. La severa estacionalidad de economía y el ajuste de los procesos de contratación turística, de acuerdo a simples patrones de demanda y apertura de establecimientos, provocan que las tasas de crecimiento de afiliación en la Seguridad Social hayan sido inferiores a las baleares durante el primer trimestre del año. Esto está provocando unos niveles de paro muy preocupantes entre los menores de 30 años y los mayores de 50, tal y como apunta el propio Cercle d’Economia. También preocupa que decrezca la creación de nuevas empresas en un año de recuperación económica. No sé si el lento camino hacia la desestacionalización tiene la llave para suavizar o incluso solucionar unos problemas estructurales de difícil tratamiento pero, sin duda, jugarse los beneficios de todo el año en dos meses está siendo una quimera.

Como dicen los economistas, todo lo que no se mide no se puede mejorar y el hecho que desde hace relativamente pocos meses se disponga de este boletín que recoge datos insulares y no solo baleares, puede contribuir de manera decisiva a que se puedan tomar mejor las decisiones empresariales y económicas que afectan a Menorca. En este sentido, nos queda por saber el IPC menorquín y esperamos que algún día también se pueda ofrecer.