Beltrán Álvarez de Estrada, consejero delegado de Puro Group.

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Aunque vive y trabaja en Madrid, una vez a la semana se desplaza a Palma para reunirse con su equipo. Viene del mundo de las finanzas y su preocupación siguen siendo las cuentas (“los cimientos”, dice), pero para Beltrán Álvarez de Estrada, CEO de Puro Group, la imagen de marca es su activo más preciado. No en vano, su novedosa apuesta de ocio en la playa, Purobeach, se está expandiendo con gran éxito por todo el globo.

- Antes de su incorporación a Puro Group la empresa estaba en números rojos. ¿Qué era lo que no funcionaba?
- Yo llegué hace cuatro años y medio, y la empresa estaba en una situación muy delicada. Había tenido un crecimiento inicial grande, sin una base sólida, y le afectó la crisis económica. Eso sí, venía de unos propietarios que hicieron muy buen trabajo de marketing y la marca era muy conocida. La parte financiera no era su fuerte.

- Una vez se estabiliza la empresa, decide crecer mediante la franquicia. ¿Descarta el modelo de negocio propio?
- El hotel y el beach club de Palma son nuestros, mientras que el resto son franquicias. No descartamos otros modelos pero la franquicia funciona muy bien para nuestro negocio: nosotros aportamos el know how de la marca y del producto y hacemos el marketing y las relaciones públicas a nivel global. Y el que conoce el mercado local es el socio local. Esta combinación ha sido muy exitosa.

- El control debe ser muy exigente para no desprestigiar la marca.
- Sí, la exigencia es máxima. Hemos desarrollado un departamento de franquicias con una directora que hace visitas periódicas a todos los centros. Además, todo lo que se publica de cualquier centro tiene que pasar por nuestra aprobación o es hecho directamente por nosotros y mandamos mystery guests a cada franquicia para dar feedback y ver si la calidad se adapta a los estándares.

- ¿Qué ofrece un Purobeach que no ofrece cualquier otro beach club?
- La experiencia. Hemos desarrollado un concepto para ofrecer al cliente una experiencia global durante todo el día. Tenemos mucho cuidado desde el momento que entra a la puerta, le recibimos adecuadamente y le mostramos las diferentes posibilidades que tiene. Primero puede ir a la piscina o bañarse en el mar, luego come en el restaurante, por la tarde se da un masaje, pasa por la tienda a llevarse algún recuerdo... y también nos diferenciamos de otros beach clubs en la calidad del personal, de la comida y la bebida, de los materiales, pero sobre todo de la música: tenemos una colección propia, ya vamos por 11 volúmenes Purobeach y toda esta experiencia englobada en nuestra música, con los djs, crea un ambiente único.

- Vuestro crecimiento se ha basado hasta ahora en la marca Purobeach. ¿No habrá nuevos hoteles Puro Urbano?
- La expansión se ha centrado en los beach clubs por la gran demanda que hemos tenido, pero últimamente también recibimos peticiones para hacer hoteles. Creo que los dos conceptos irán ligados, Purobeach y Puro Urbano, aunque todavía no puede decir nada. El próximo año tendremos más hoteles Puro.

- Puro ha cosechado éxito con cada nueva apertura, expandiendo el modelo de negocio que empezó en Palma por todo el mundo. ¿Cómo lo explica?
- El mundo de los beach clubs está hambriento de marcas. Atrae a mucha gente contar con una marca y un know how de un modelo exitoso, y diez años de experiencia dan para mucho. Ofrecemos un paquete de éxito y uno de los fuertes de Puro es que nuestros socios se enamoran del producto. Somos una empresa pequeña con vocación de largo plazo. Queremos tener un crecimiento moderado de dos o tres establecimientos por año para mantener el dinamismo que nos está haciendo crecer pero siendo humildes. Disfrutamos del trabajo y no nos ponemos límites.