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Este pasado mes de abril se celebró la XXIII Asamblea General de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), la patronal de la economía social. Si la economía convencional está representada en España por diferentes organizaciones, CEPES representa a la economía social, aglutinando al 90 por ciento de todo el sector y siendo un referente en Europa. Otra forma de generar tejido empresarial y empleo y que está creciendo a pasos agigantados.

Asimismo, el Consejo de Ministros ha aprobado una batería de medidas para fomentar la economía social.

La escasa repercusión dedicada a estas noticias demuestra un desinterés hacia ella. Si interesa poco, ¿es porque cuestiona los fundamentos de la economía convencional?

Hoy, recién llegada de esa asamblea, me planteo si la sociedad sabe que otra economía es posible, que otra forma de empleo es posible. Me refiero a una economía que en los últimos 6 años ha destruido un 6,5% menos de empleo. Una economía que genera ilusión en los jóvenes y esperanza en los mayores de 45 años. Un tipo de empresa que se tiene que dar a conocer, apoyar y poner al alcance de los emprendedores cuando se deciden a tirar adelante un proyecto empresarial.

La economía social representa a empresas ajenas a la especulación, empresas que, por supuesto, tienen entre sus objetivos generar beneficios pero que se caracterizan por la distribución de la riqueza y que reinvierten sus beneficios, fomentando el empleo.

Dentro de la economía social encontramos: cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, empresas de inserción, centros especiales de empleo, cofradías de pescadores, empresas sociales y asociaciones del sector de la discapacidad. Diferentes formas, para un mismo modelo y unos principios, la economía social.

Solo en la modalidad del cooperativismo, la más visible de este modelo, hay constituidas en España 20.258, que facturan más de 130.000 millones anuales.

Su fuerza radica en la creatividad emprendedora de personas que, de forma colectiva, se atreven a asumir riesgos que de forma aislada serían más complejos. Y lo demuestran las cifras. CEPES representa a más de 44.000 empresas que crean más de 2 millones de empleos directos e indirectos y un nivel de asociacionismo superior a los 18 millones de personas.

Son los datos de un sector no reconocido por ley hasta 2011, que hoy supone el 12,5% del PIB y factura más de 150.000 millones. Presente en todos los sectores económicos y con empresas de todos los tamaños (microempresas, pymes y multinacionales), muchas de las cuales son además líderes en su sector a nivel autonómico, europeo o mundial.

Una economía más plural y diversa, transparente, fiable, estable, competitiva, comprometida y con valores. Es el modelo de empresa que demanda y necesita la sociedad.