Hace cuatro años Antoni Anglada adquirió 140 colmenas con las que se inició en la apicultura.

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Dolçamar es la historia personal y profesional de Antoni Anglada, un emprendedor de Ciutadella que decidió centrarse en el mundo de las abejas dejando atrás su labor como educador y trabajador social, después de haber estado vinculado a ONGs, entidades sociales, a la administración pública y a la política municipal. Su vida ha dado un giro por completo desde hace tres años, ya que se encarga de producir, distribuir y comercializar miel en Menorca. De hecho, en este corto espacio de tiempo ha conseguido convertirse en el primer productor de miel de romero de la isla y se ha llevado dos veces consecutivas reconocimientos por sus productos presentados en la Fira de Mel de Balears, que se celebra cada año en Llubí, en Mallorca.

INICIOS. El primer contacto que Antoni Anglada tuvo con la apicultura fue hace tres años con un apicultor menorquín que le inició en la producción. “Aquel día recibí muchas picaduras pero me sentí muy atraído por su trabajo”, explica Anglada. Después de una primera etapa de formación en la que pudo conocer de cerca el mundo de la apicultura ecológica, entrando en contacto con productores de Catalunya, de Mallorca y de León, obtuvo la financiación suficiente para adquirir 140 colmenas gracias a la presentación de un proyecto leader de fondos europeos y un préstamo ICO. “En octubre de 2012 me di de alta como apicultor y empecé con pequeñas producciones de miel de brezo, aprovechando las floraciones de octubre”, detalla.

“Existen dos grandes floraciones durante el año, la que se produce en primavera y la que se produce en otoño. Mi primera producción importante destinada a la comercialización fue en 2013. No llegó a una tonelada pero me sirvió para salir al mercado con Dolçamar, la marca con la que inicié la comercialización en Menorca”, indica.

“Desde que empecé tuve claro que mi objetivo era controlar toda la cadena de valor y por eso me encargo personalmente no solo de la producción sino de la propia venta en las distintas ferias y mercados que se organizan en Menorca”, añade. Antoni Anglada tiene siete millones de abejas con las que produce entre dos mil y tres mil envases de miel anuales.

Una de las innovaciones que introdujo Antoni Anglada a la producción de miel en la isla que ya realizan otros apicultores es que se ha dedicado a la trashumancia de sus abejas. “En zonas como Catalunya es muy habitual el traslado de abejas porque se aprovechan las distintas altitudes y floraciones de las montañas para realizar un tipo u otro de producción. En Menorca lo que hago es trashumar con ellas entre el norte y el sur de la isla para poder realizar cosechas de romero, brezo y mil flores”, explica. “Esto aporta un valor diferencial para la producción de una miel que acaba siendo de gran calidad”, cuenta. En este sentido, la meteorología condiciona el tipo de producción. Por ejemplo, el año pasado hizo una primavera muy suave que no favoreció una floración suficiente de romero.

BRESCAMEL. Este año ha decidido unir esfuerzos con otro productor local de Ciutadella, Miquel Anglada, para comercializar una selección de mieles nacionales de primera calidad que han introducido en el mercado local. “La miel de gran consumo que se vende en grandes superficies proviene sobre todo de China y no tiene nada que ver con la miel producida en nuestro país. Sus propiedades naturales como la fructosa o la glucosa son mejor asimiladas por el cuerpo. Nosotros comercializamos miel de azahar o miel de bosque y así aprovechamos para ampliar la cultura de las abejas en Menorca”, concluye.