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Por la importancia de sus acciones, tanto por el peso en el IBEX35 (18%) como por ser uno de los valores más habituales en las carteras de inversión, la caída de la cotización del Santander (de 14,09%) el viernes pasado merece un estudio.

Este fuerte castigo se debe a que el día anterior el banco comenzó una macroampliación de capital acelerada (sin derecho preferente de suscripción para los antiguos accionistas) de 7.500 millones de euros (casi un 10% del total del banco). Se hizo a un precio de 6,18 euros, es decir, un 10% por debajo de su última cotización. Claro está que el mercado aplicó un arbitraje masivo que llevó la cotización a esos precios, incluso sobrerreaccionó cerrando el mismo viernes en 5,89 euros.

Ahora bien, lo relevante ahora es analizar la posible evolución en este nuevo escenario. La pregunta más formulada en consultorios, despachos de analistas y foros ha sido: ¿compro aprovechando la bajada? Comprar por el mero hecho de que una acción haya bajado es un error demasiado frecuente entre los pequeños inversores, ya que si baja por algo es. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los institucionales que han acudido a la ampliación consideran un buen precio el 6,18. Así que a primera vista hay potencial. La valoración fundamental (PER, beneficio por acción…) ha empeorado de la noche a la mañana con la incorporacion de acciones nuevas, pero el descenso del dividendo (que ilógicamente no gusta a los pequeños inversores) puede a la larga compensarlo.

Analizando la situación gráfica de la compañía, se ve cómo el derrumbe se frena justo en soportes, por tanto es el primer nivel que se puede tomar como stop (orden de venta para proteger de caídas adicionales), este se puede colocar algo por debajo de 5,40 para los largoplacistas. En conclusión, parece una buena opción comprar a precios actuales pero siempre respetando los stops comentados.