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El pasado día 4 de diciembre tuve la ocasión de participar en la entrega de los X Premios Joves Empresaris de Balears y expuse, con brevedad, porque así lo requería el acto, algunos de los ejes principales sobre los que pivota la nova via menorquina del creixement, es decir, el nuevo modelo económico específico para Menorca que propugno en mi tesis doctoral, titulada Revisitant la via menorquina: crisi i permanencia d’un model de creixement: 1980-2010. En este nuevo modelo de crecimiento, que defiendo en profundidad en mi tesis doctoral, considero todos los sectores económicos de la isla, así como las medidas que deben adoptarse a fin de dinamizar su situación actual a partir, entre otros fundamentales aspectos, de las necesarias sinergias intersectoriales que han de ser convenientemente fomentadas.

De entre los temas expuestos en la conferencia que realicé en los X Premios Joves Empresaris, sin duda, el que despertó mayor interés fue el relacionado con el sector quinario y las posibilidades que representa para la economía insular. Es por ello que dedicaré estas líneas a esbozar, de forma sucinta, qué se entiende por sector quinario y su importancia para el futuro económico de Menorca.

El sector quinario se puede definir como una economía cultural, intangible, del conocimiento, emocional y transversal. Su abanico abarca desde la educación, la cultura, el arte y el entretenimiento, hasta la sanidad y los servicios sociales, así como aquellas actividades encaminadas a dar respuesta a las necesidades relacionadas con la mejora de la calidad de vida, el medio ambiente, la cultura y la conciliación de la vida familiar y profesional. Además de la importancia del sector quinario en cuanto a su contribución directa al PIB y la creación de ocupación, se añade la convicción que el bienestar de los ciudadanos depende de la disposición de calificados servicios de sanidad, sociales, educativos, culturales, de entretenimiento y recreación. Y esto es, precisamente, el sector quinario.

De forma adicional, en épocas de recesión económica, el sector quinario puede crear riqueza y ocupación, toda vez que coadyuva en el mantenimiento del Estado del Bienestar y el nivel de desarrollo, compensando el fenómeno de la desindustrialización y la deslocalización de las empresas.

Para el caso concreto de Menorca, además de todo lo anterior, el sector quinario puede contribuir, también, al cambio de modelo para iniciar el que propugno en mi tesis doctoral, con perspectivas de sostenibilidad en el largo plazo, articulado entorno al conocimiento, la creatividad, el talento, la educación, los servicios sanitarios, asistenciales y sociales, sirviendo, a su vez, para paliar los efectos económicos y sociales negativos de la actual crisis económica y financiera.

En consecuencia, la necesidad del desarrollo del sector quinario no se justifica únicamente por temas puramente económicos sino que constituye una verdadera necesidad laboral y social que puede servir como freno a una potencial crisis social.

Pero esto no es todo. La importancia del sector quinario para Menorca es aún de mayor envergadura, puesto que presenta profundas potenciales sinergias con la industria turística. Esto es así porque las actividades culturales manifiestan una fuerte vinculación con la actividad turística, dado que el incremento de los flujos turísticos futuros requiere incentivar el turismo creativo y cultural, mediante la oferta de paisaje, territorio, recursos naturales y cultura, con el subsiguiente aumento de la oferta complementaria que permitiría paliar la elevada estacionalización y, por ende, mitigar la acuciante problemática en el transporte aéreo isleño. En este sentido, las posibilidades del sector quinario abarcan desde el turismo relacionado con la naturaleza –senderismo, turismo rural, agroturismo, actividades ecuestres…- hasta el vinculado con el deporte y la aventura –espeleología, buceo, cayac de mar, inmersión ligera, vela, espeleobuceo, cicloturismo, espeleología…-, así como el turismo náutico, el cultural, el relacionado con la salud, el etnológico y el gastronómico. De este modo, por ejemplo, el Camí de Cavalls se erige como una relevante oportunidad para atraer un tipo de turismo ecoresponsable, sensible y respetuoso con el medio ambiente, que desee disfrutar de sus vacaciones en un entorno extraordinario y protegido como es Menorca.

Es importante subrayar que Menorca atesora grandes riquezas en todos los ámbitos anteriormente descritos, únicamente es necesario incentivar su puesta en valor de forma perentoria. Como dato ilustrativo de la necesidad apremiante de su fomento cabe destacar que, en el año 2010, los sectores cuaternario y quinario menorquines representaban solo el 17,50% de la población ocupada. Pero, ¿a qué me refiero cuando hablo del sector cuaternario? Sin duda, será el objeto de un próximo artículo.