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Con la experiencia aumenta la incertidumbre. “Sé que no sé”.

Los que llegan a esta conclusión no abren ninguna ventana al desánimo, sí la aprecian como síntoma de madurez, que fortalece nuestra capacidad de pensar, libre de cualquier implicación existencial.

Al planificar cada año tenemos en cuenta el conjunto de acontecimientos que, de producirse, podrían afectar a la evolución de la economía. Por ello, en su momento habríamos considerado los riesgos y oportunidades que aparecen en los escenarios que desde hace unos dos años se contemplan.

Economías emergentes; Ucrania y Rusia, repercusiones en el mercado de la energía, sanciones y sus daños colaterales; la Fed, el BCE, Europa, USA; progresos de la Unión Bancaria, deflación, desigualdad; un posible shock en los suministros de petróleo, el fracking; terrorismo informático; complicaciones en el Oriente Medio, Irán y su bomba; ineficacia de los antibióticos, focalización de las investigaciones de las multinacionales farmacéuticas, en las enfermedades crónicas de las personas mayores, en detrimento de la prevención en general; crecimiento de USA, Japón y Europa sin necesidad de medidas monetarias o expansiones fiscales en base a la liberalización del comercio, etc.

Para 2014 se nos anunció un año económicamente agitado, aunque mundialmente la recuperación no corría riesgo.
Ahora se constata que la economía mundial no acaba de alcanzar su potencial y que puede crecer un 3,6 %.

En los Estados Unidos la Fed se muestra optimista y estima un 2,1% este año y un 2,8% en 2015. En octubre puede finalizar el plan de compra de deuda, manteniendo los tipos bajos hasta mediados del próximo año.

La Euro Zona está estancada. Alemania, Italia y Francia con crecimiento negativo. España podría cumplir las expectativas del 2% en 2015 si acometiera las reformas que le propone el BCE y no aparecen factores adversos, externos, financieros y económicos.

En 2015 convendría concentrar los riesgos y oportunidades en nuestro proyecto europeo para que dejara de ser una debilidad. Centrar nuestra visión geopolítica: el desplazamiento del centro de gravedad del planeta, entre el Índico y el Pacífico, y exigir que el BCE ejecute sus planes de estímulo.

En Balears si gestionamos con eficacia y eficiencia, aceptando los conflictos internos constructivos como motor de nuestra renovación, prestando gran atención al mundo cambiante, podríamos recuperar nuestro potencial para crear empleo al ritmo que la salida de la crisis exige, y se podría cumplir el pronóstico del BBVA: 1,2% este año y 1,6% en 2015. Eso sí, siempre que se inicie la reforma de la educación y nuestra comunidad autónoma no salga severamente perjudicada con el nuevo sistema de financiación, que aparecerá más pronto o más tarde.