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El número de parados registrados ha disminuido durante 22 meses en Balears. Reducir el desempleo es necesario para consolidar el crecimiento de la economía de las Islas, que recuperó la senda positiva en 2013. No obstante, la manera con que Balears ha atacado la crisis ha sido con una moderación salarial que ha hecho retroceder los sueldos al nivel de 2009, como lo demuestran las cifras de coste laboral registrado en las Islas en los últimos años. Si se suma la inflación, esto significa una caída considerable del poder adquisitivo de los trabajadores, un 9,5% menos en cuatro años.


La devaluación interna es una manera de mejorar el crecimiento de una región. Se trata de una bajada de los salarios que permite mejorar la competitividad de las empresas, porque pueden ofrecer sus servicios a mejores precios. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo lo proponían como una solución para salir de la crisis. Y Balears ha cumplido la petición. A partir de 2009 los sueldos disminuyeron, aunque las cifras no lo captan porque se despidió antes a los trabajadores temporales, que cobran menos, y quedaron los fijos, que cobran más. En 2012 y 2013 los sueldos bajaron brúscamente y el nivel de salarios en 2013 fue más bajo que el de 2009. Y los mismos resultados se extraen si se tiene en cuenta el coste laboral por hora efectiva, es decir, por cada hora de producción en lugar de por cada trabajador.

SUELDOS DE 2009. Observar el mismo trimestre de diferentes años permite ver cómo evolucionan los salarios sin que los efectos de la estacionalidad turística influyan en los costes. Este análisis lleva a concluir que, según los datos de coste trimestral laboral, los salarios aumentan en 2009, 2010, y 2011, pero la caída a partir de 2012 es tan abrupta que para encontrar un salario anual inferior al de 2013 hay que irse al año 2008. El salario actual, por tanto, es inferior al de hace cuatro años, ya que en 2013 fue de 20.817,18 euros y en 2009 fue de 21.022,65 euros.


No obstante, la situación para los trabajadores es peor, porque se agrava por otros factores. El primero es que aunque el coste laboral ha disminuido respecto a tres años atrás, no lo han hecho los precios. La variación anual del IPC, que mide cuánto sube la cesta de la compra, es positiva a excepción del año 2009, por lo que además de cobrar menos, todo es más caro, luego el poder adquisitivo de los asalariados disminuye. Desde 2011, los salarios han bajado un 2,05%, lo que sumado a la inflación provoca una caída del poder adquisitivo del 6,15%. Visto desde el año 2009, los salarios disminuyen un 1% pero como la inflación es mayor, la pérdida de poder adquisitivo es del 9,5%.

COSTES DE LA EMPRESA. La empresa incurre en otros costes por su mano de obra, aparte del sueldo de los trabajadores. Durante el primer trimestre de 2014 el coste laboral total por trabajador fue de 2.337,21 euros en Balears. De esta cantidad, los empleados solo percibieron, incluyendo la parte correspondiente a las pagas extraordinarias, un total de 1.685,18 euros. El resto (652,03 euros) corresponde a otros costes. La principal partida son las cotizaciones a la Seguridad Social (553,44 euros). A esta cantidad hay que sumar 107,43 euros en concepto de dietas e indemnizaciones y restarle las bonificaciones a la Seguridad Social (8,89 euros). Es decir, que del coste total de un trabajador, solo el 70% es en concepto de salario.


En 2009 los costes laborales totales aumentan porque hay muchos despidos, lo que encarece la partida de indemnizaciones. Y a partir de 2011 disminuye la cantidad que las empresas pagan a los trabajadores. Pero si los salarios son ahora un 1% más bajos que en 2009, los costes laborales han bajado un 1,3%.

EFECTO ÓPTICO. Pero los salarios no son lo único que cambia en el mercado laboral. También varía el tipo de contratación. Con la crisis han variado las condiciones de trabajo. “Se mantienen los empleados fijos y se despide a los temporales, que tienen un sueldo medio más bajo. Por esta razón en 2009 y 2010 parece que los salarios aumentan, pero lo que pasa es que los que conservan su trabajo cobran más que los que lo han perdido, que ya no figuran en la estadística”, explica el profesor de Economía Aplicada de la UIB, Llorenç Pou.


Pou destaca dos ideas: si se tiene en cuenta la devaluación salarial interna, solo los costes laborales, los sueldos han disminuido. Pero además, pone énfasis en un planteamiento más general, que es el coste del trabajo “real”, la diferencia entre lo que aportan los empleados y su sueldo. La productividad del trabajo ha aumentado en los últimos años porque ha disminuido más el número de horas que el PIB.


Este análisis lleva al profesor de la UIB a concluir que los trabajadores se llevan “menos trozo del pastel”. “Los datos estadísticos demuestran que al contrario de lo que se piensa, el mercado de trabajo no es rígido. Los trabajadores han renunciado a una parte de su sueldo y los productos han seguido subiendo de precio, por lo que el Excedente Bruto de Explotación ha crecido más que en el máximo histórico, y esto ha ocurrido antes de la reforma laboral. El factor trabajo ha financiado a las empresas porque ha sido suficientemente flexible como para mantenerlas”, analiza.


Otra pregunta relevante es cómo, en un contexto de recesión, los precios no bajaron antes, que es lo que se esperaría cuando disminuye la demanda agregada de una economía. “Falta competencia”, es la simple respuesta del profesor de economía laboral.

¿QUIÉN TRABAJA? Otro hecho que agrava la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores es el cambio en la composición del empleo, es decir, qué perfiles de gente pasan a tener trabajo y qué tipo de persona lo pierde. En los últimos años se han incoporado al mercado laboral trabajadores cualificados, que cobran más, y han salido perfiles poco formados, que cobraban poco. Sin embargo, esta variación no se refleja en el coste laboral, que es una media.


Por este motivo, el Banco de España ponía de manifiesto en un informe reciente que si se tuviera en cuenta la cualificación del trabajo existente, “el proceso de moderación salarial que comenzó en 2010 podría ser algo más intenso de lo que indican las estadísticas agregadas sobre costes laborales”. Es decir, que como entran al mercado laboral personas que cobran buenos sueldos, los de perfil bajo que quedan todavía cobran menos de lo que refleja la disminución del coste salarial.