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Las obras del Palacio de Congresos de Palma van a media marcha. Un mes después de que Govern y Cort firmaran el acta de reanudación de los trabajos, la constructora Acciona ha iniciado las tareas de manera progresiva. Empezaron con 20 trabajadores, ahora hay 50 personas y se prevé que a finales de septiembre o principios de octubre la actividad se acelere con 200 empleados operando en el edificio ideado por el arquitecto Patxi Mangado. De momento, Acciona, como contratista principal, debe movilizar a todas las subcontratas que tenía hace dos años, “y en todo este tiempo pueden haber pasado muchas cosas”, asegura Andreu Garau, presidente de la Societat Palau de Congressos S.A.


En estos primeros 30 días, las tareas se han centrado en analizar el estado del edificio, comprobar los óxidos de la estructura o el forrado de piedra de la parte posterior. “No hemos encontrado problemas graves, por lo que la idea es que en doce meses pueda estar listo tanto el Palacio como el hotel”, corrobora Garau. Así pues, el edificio estaría terminado en junio de 2015, dos años después de la fecha que fijaron Jaume Matas y Rodrigo de Santos al idear el proyecto. “Se da una situación complicada para los equipos que ahora estamos en política. Nosotros no podemos cambiar la ubicación ni modificar su conceptualización. Simplemente lo que podemos hacer es terminarlo lo mejor posible para que se ponga en marcha”, recalca el presidente al recordar el cúmulo de despropósitos políticos desde que se adjudicaron las obras en 2007.


Garau es claro a la hora de hablar sobre el Palau y lamenta la falta de iniciativa privada: “Los primeros beneficiarios de una infraestructura como esta son los hoteleros. Habría estado bien que estos unieran esfuerzos para hacer este Palacio. No fue posible y ha sido la administración quien ha tenido que hacer frente a ello”. Ahora, la administración pública es propietaria no solo un palacio de congresos sino también de un hotel de 268 habitaciones en plena fachada marítima.


Sobre la futura gestión del Palau de Congressos, el presidente del Consorci explica que está trabajando para fijar las bases de su gestión. A finales de septiembre prevé que se apruebe el pliego de condiciones y “después pondremos en marcha el proyecto sin perder tiempo”, enfatiza.


Garau asegura que trabaja para encontrar un equipo de gestión tanto para el palacio como para el hotel. “Es posible que sean dos gestores independientes”, matiza al confirmar que todavía no se ha fijado si va a ser una gestión con cuota inicial o un alquiler a largo plazo. Lo que descarta es la venta del hotel. “Encontraremos una solución para que el Palau sea una máquina de generar riqueza para Mallorca”, recalca. “Lo ideal sería que Ajuntament y Govern reciban una renta más o menos fija de estas instalaciones pero que la gestión esté en manos de profesionales”, añade.

UN PALACIO MEDIO. La construcción del Palau de Congressos ha venido ligada a un cúmulo de problemas tanto burocráticos como de financiación por el abandono del grupo Barceló o los impagos de la administración pública. A esto se le ha añadido las modificaciones del proyecto, como eliminar uno de los hoteles proyectados en suelo privado o la supresión del número inicial de plazas párking por filtraciones de agua. El hotel tendrá ahora capacidad para 264 coches y 4 autobuses. A ello debemos añadir la paralización de las obras durante dos años y la consecuencia pérdida de dinero público: el arquitecto Patxi Mangado reclama una indemnización de 600.000, mientras que Acciona reclama 470.000 euros mensuales por mes de parálisis (más de 11 millones).


Si comparamos el Palau de Congressos de Palma con algunos de los edificios que forman parte de la Asociación de Palacios de Congresos de España, vemos que el de Ciutat se sitúa entre los edificios medios, sin una capacidad comparable a los de Barcelona, Madrid o incluso Bilbao, con un BEC de Convenciones que acoge no solo congresos y convenciones, sino que también alberga un teatro para más de 10.000 personas y seis pabellones para ferias.


El recinto de la capital balear ocupa una superficie de 10.687 metros y tendrá dos auditorios con capacidad para 2.440 butacas. La sala mayor es divisible en tres auditorios y, además, contará con cinco salas de reuniones, que también se pueden compartimentar (ver gráfico). Dicha capacidad es similar al palacio de congresos de Pamplona, ideado también por Mangado, con una capacidad para 2.000 personas en sus salas principales.
Por el contrario, si comparamos la infraestructura de Palma con otra ciudad turística como Málaga, salimos perdiendo. El Palacio de Ferias y Congresos de Málaga cuenta con un edificio de 60.000 metros cuadrados, y aunque tiene dos auditorios de menores dimensiones (900 y 600 butacas), cuenta con un espacio de ferias que el año pasado recibieron a 187.000 visitantes.