Los empresarios de Eivissa y Formentera son los más optimistas, ya que presentan el índice de confianza más alto de Balears. | © Sergio G. Cañizares

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Los empresarios son más optimistas que nunca, aunque no abandonan la prudencia ni la moderación en sus palabras. El Indicador de Confianza Empresarial revela que los emprendedores de Balears se muestran más esperanzados en este tercer trimestre de lo que lo han sido en años, superando al resto de España y con notables aumentos respecto a 2013. No obstante, el optimismo no se traduce necesariamente en resultados. Los dueños de los negocios son positivos a la fuerza porque ya se ha tocado fondo, y todo el camino que queda es, según ellos, a mejor.

El Indicador de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) es un índice que recoge la percepción de los empresarios sobre la marcha actual y futura de su negocio que la agencia Ibestat en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística (INE) analiza cada trimestre a partir de una encuesta del Ibestat a los propietarios de 883 establecimientos. En Balears la sensación de los propietarios sobre la evolución de los negocios es positiva, con un valor de este índice diez puntos mayor que en el resto de España. Ademas, mejora un 5,5% respecto al segundo trimestre y un 8,2% respecto al tercer trimestre de 2013.

Desde la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), creen que hay optimismo “pero sin euforia y con prudencia”. Su presidenta, Carmen Planas, destaca que la situación actual no tiene “nada que ver” con los últimos cinco o seis años de “dificultades, cierre de empresas, destrucción de empleo, ajustes de costes, reducciones de demanda, etc…”. Planas tiene una respuesta que justifica las mejoras expectativas: “el aumento de turistas y la incidencia que comienza a tener la evolución del turismo en otros sectores”, comenta.

Planas reprende el cliché de de que los empresarios siempre se lamentan. “La fiscalidad, las rigideces y trabas administrativas y el exceso de regulación a todos los niveles dificultan y desincentivan los nuevos proyectos. Las ideas están y si no se desarrollan aquí se harán en otro sitio. Querer hacer más y mejor no es quejarse, precisamente”, defiende. A su vez, apuesta por seguir mejorando como destino turístico, de inversiones y exportador, de calidad, con costes sostenibles y, sobre todo, ligados a la productividad.

Por sectores, la hostelería y el transporte son los que más alto sitúan la marcha de sus negocios (143,1) en Balears, seguido del comercio (142,9), la construcción (130,9), el resto de servicios (127,9,1) y, en último lugar, la industria (116,6).

OBRAS Y REFORMAS. El sector de la construcción es el que más ha recuperado la ilusión respecto al tercer trimestre del año pasado, según este indicador, con un incremento del índice del 20%. “Es normal, porque éramos los que estábamos peor”, valora el gerente de la Asociación de constructores de Balears, Manuel Gómez. “De enero a mayo de este año se han hecho reformas y viviendas de nueva planta por valor de 223 millones de euros, y los proyectos de obra pública aprobados han sido de 69 millones”, explica. Y añade que el empuje de la actividad turística viene por la aprobación de la Ley General Turística, que en julio cumplió dos años.

Gómez da la razón a Carmen Planas acerca del turismo como motor de reactivación de la construcción, quien señala: “La evolución del sector de la construcción es el más claro ejemplo de la incidencia que tiene la mejora del turismo en otros sectores, pues se debe principalmente a las inversiones extranjeras, es decir, del turismo residencial, y de los establecimientos y comercios que trabajan con el turismo vacacional y de fin de semana”, puntualiza Planas.

Si la construcción es el sector más optimista respecto a 2013, los que reúnen mejores expectativas de cara al tercer trimestre son el sector del transporte y el de la hostelería “debido a la estacionalidad”. Pilar Carbonell, vicepresidenta de la Confederación de Patronales Turísticas de Balears (CPTB), cree que para el sector de la restauración la confianza mejora “pero no la actividad”. “Somos optimistas porque estamos hartos de hablar de la crisis, lo que no quiere decir que se traduzca necesariamente en buenos resultados. No tenemos la supertemporada que esperábamos y el verano está siendo inconstante, por ejemplo esperábamos un buen mes de mayo y no lo fue”, admite. Aún así, si cierran la temporada igual que el año pasado estarán “contentos”.

El sector del transporte turístico tampoco cree que la temporada sea de récord, de hecho Rafel Roig, el presidente de la Federación Balear de Transportes (FEBT), ha explicado que su actividad ha disminuido un 7% respecto al verano pasado porque se contratan menos paquetes turísticos, pero confían en que el mes de agosto sea mejor.

Por su parte, para los taxistas la temporada es “regular tirando a buena”. “Llegan más pasajeros al aeropuerto pero nosotros no lo notamos, ya sea por la competencia ilegal o por otros motivos. No sabemos qué pasa pero no vemos que sea un verano mejor”, sentencia Toni Bauzá, presidente de la Federación Balears de Transporte del Taxi, que cree que la nueva regulación es deficiente.

El sector que peor ve su presente y su futuro, de acuerdo con los ICEA, es el industrial, ya que tiene el índice más bajo y la variación interanual es la más baja, de solo un 3%. La industria abarca sectores muy diferentes, desde el calzado o la náutica hasta los sectores complementarios de la construcción como son la electricidad, la fontanería, el aluminio, la carpintería o la climatización.

Aunque Manuel Gómez cree que la industria auxiliar “tiene que notar” una mejora ya que gran parte de los presupuestos de reformas se destinan a fontanería o climatización, tanto el presidente de la Asociación de Fabricantes de Áridos de Balears, Tomeu Binimelis, como el presidente de la Comisión de Industria de la CAEB, Jaume Fornés, niegan que noten un repunte en su actividad. “La industria es muy diversa en las islas, y los sectores que dependen más directamente del turismo son los que más mejoran, como la construcción o la náutica. En cambio, otros como los electricistas o los fontaneros no notamos tanto que las cosas mejoren”, dice Fornés. “Parece que la Adminsitración solo tiene ojos para el sector turístico, y nosotros pensamos que no se está haciendo todo lo que se tendría que hacer en la potenciación de las energías renovables, donde nuestro sector tiene muchas salidas”, critica.

Carmen Planas explica que la producción del sector industrial es “de mucha calidad, pero cuantitativamente muy limitada”. “Habrá que buscar fórmulas para que puedan mejorar, pero dada su apuesta por la calidad depende del poder adquisitivo de sus clientes, tanto baleares como españoles y extranjeros”, propone Planas.

EIVISSA Y FORMENTERA. Por islas, es en Eivissa y Formentera donde los empresarios están más ilusionados, con un índice de 142,3, les siguen los mallorquines (130,2) y en último lugar se encuentran los menorquines (129,5). En Menorca los propietarios no tienen unas perspectivas de mejora muy altas. En cambio, José Javier Marí, presidente de la Federació de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (PIMEEF), explica que las expectativas son mejores que en 2013. “Han mejorado, o por lo menos no han empeorado tanto las cosas, pero en el comercio mejorar es difícil”, apunta. “Aquí las cosas van bien sobre todo en el sector de la hostelería, que ha aumentado mucho la ocupación, y nosotros vamos por detrás, a remolque. Ojalá la recuperación fuera más rápida y en todos los sectores”, lamenta.


“En Eivissa y Formentera la recesión ha sido menor. Tienen menos dependencia del sector público que Mallorca, más relación con el exterior y una marca consolidada en todo el mundo que han sabido gestionar muy bien con el posicionamiento de las dos Islas en el segmento de beach clubs, chill out y destino ecológico y cultural que ya está dando sus frutos. Las empresas de Eivissa y Formentera lo saben y por ello tienen mejores expectativas”, concluye Planas.