Xavibo, cantante: «No estoy en contra del turismo, sino de la falta de regulación»

El artista lanza ‘No te enamores’, su nuevo álbum cargado de desamor sin límites e identidad

Xavibo lanza su tercer disco ‘No te enamores’ y anuncia gira nacional | Foto: Alejandro Sepúlveda

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Entre acordes que acarician el alma y letras que susurran confidencias, el cantante mallorquín Xavibo regresa con su tercer disco, 'No te enamores'. En él crea un universo personal y reincide en la soledad.

En 'Papel de Burbujas', vimos a un Xavibo nostálgico. ¿Qué emociones explora esta vez?
— Con este álbum quería explorar más agresivamente el desamor. Siempre he escrito sobre esto, pero en este hay algo más crítico conmigo mismo que en el resto de álbumes, en donde he tenido un papel más de víctima.

¿Cómo fue el proceso creativo de este nuevo proyecto?
— Comenzó porque escuché un disco de folk de Noah Cahan, que me llevó a 'Forever Out' de Bon Iver y queriendo mezclar folk con electrónica al final el álbum salió más rollo folk-pop, cantautoral, acústico. Tenía muy claras las cosas de las que quería hablar, de mis romances con mis exparejas.

¿Alguna algo más difícil de componer?
— La primera que saqué: 'No te enamores', que tiene un punto crítico en el que asumo que si te vas a enamorar de alguien como yo, mejor que no te enamores y me señalo a mí mismo. Es más delicado verbalizar ese tipo de sentimientos.

El título No te enamores suena casi como una advertencia ¿no?
— Sí. Además, si lo lees entero pone: ‘No te enamores, Xavibo’, siendo más que una advertencia para el resto de gente, una advertencia para mí.

¿Quería lanzar un mensaje sobre los riesgos del amor y el dolor del desamor?
— Sí, para mí el disco es una advertencia, está escrito en imperativo con el sentido de: Cuidado con enamorarte, porque si te enamoras, te van a pasar estos sucesos catastróficos que describe el disco. Pero para mí no es tanto una orden, sino elige bien de quién te enamoras. En todo amor hay una parte racional y una parte que se guía por los sentimientos y por las emociones, pero la lógica tiene un papel fundamental y hay que utilizarla.

El desamor y la tristeza parecen temas recurrentes en su música. ¿Son su inspiración?
— Sí y la única. Me nutren mucho. Los referentes que he tenido a nivel musical han sido los artistas que tratan esos temas. Me cuesta mucho componer desde un punto feliz y alegre.

En 'Amor Mío' mencionas nombres personales que han formado parte de su vida amorosa. ¿Qué le llevó a ser tan directo?
— Jugar con la gente, porque al final he prostituido mi vida por el arte. He hablado de mi vida privada, de mis canciones y la gente hace muchas suposiciones sobre romances o sobre quién soy o sobre lo que hago o no. Y me apetecía darles nombres, verbalizarlo y cerrar la puerta. Y también asumir que he fracasado en el amor de esta manera, pero voy a acabar el disco bailando y celebrando el fracaso.

¿El álbum viene de cuando estuviste 13 días aislado en un escaparate de Madrid?
— No, pero le daba contexto, pues va de soledad, de desamor, de aprender a estar con uno mismo. Esos 13 días fueron una performance sobre lo que pasa cuando lo dejas con una persona y no sabes cómo eres contigo mismo y empiezas a ver el mundo lleno de parejas y estás obsesionado con la idea de que estar solo es triste.

¿Es otro después de aquellos días?
— Otra persona completamente diferente no. Sí que he aprendido a estar en el momento presente, algo que desde que existen las redes sociales hemos perdido. Y esos 13 días que estuve sin ellas estuve presente conmigo mismo, con mis pensamientos, aburriéndome y siendo yo. Y, al final, para ser feliz, lo más importante es estar tranquilo y esa tranquilidad solo te la puede dar la presencia.

Ha mencionado en otras entrevistas que el número 13 tiene un significado especial para usted. Sin embargo, hay solo 12 canciones. ¿Qué pasó con la 13?
— Tenía que ser un álbum incompleto. Me gusta verlo todo como un work in progress. Si lo veo como la obra final de mi vida o el álbum que me cambia la vida, gestiono mal las expectativas. En cambio, si lo veo como una obra pasajera hacia otra o algo incompleto, me lo tomo como puente para seguir trabajando y mejorando. En algún momento será completado. Pero la gente cree que ya tengo un tema número 13 y que lo voy a sacar en breves, pero no lo hay. Con esto siento que también estoy compartiendo esta espera a que aparezca ese tema 13 y poder sacarlo.

El 13 de diciembre tiene concierto en Bilbao. ¿Casualidad?
— Porque coincide con fin de semana. Pero sí que tenemos 13 fechas, y sí que es simbólico y un ritual para mí porque todo tiene que ser 13 para que me de buena suerte. Y es una manera también de honrar el 13 que para mí es como el escudo de mi familia. Es una firma personal. De hecho había 14 fechas y quité una, hay una ciudad que se ha quedado sin concierto por la manía del 13.

En redes expresaste que echas de menos la Isla estando aquí. ¿Qué te motivó a abrirte públicamente sobre la masificación turística?
— Cuando escribí ‘Niguls’, hablaba de una relación a distancia y hablaba de la añoranza. Entonces me hizo pensar mucho en cómo echaba de menos Mallorca estando en Madrid y también en cómo la echaba de menos estando aquí, pues muchas veces vengo y están las playas abarrotadas o voy a algún pueblo y casi no escucho mallorquín. Siento que hay muchas costumbres y parte de nuestra esencia que se está perdiendo debido a la masificación. Y no es que esté en contra del turismo, pero sí de la falta de regulación. Tenemos que establecer unas medidas para que la gente de Mallorca pueda vivir aquí, el precio de la vivienda es insostenible y los mallorquines se están yendo a vivir fuera y vamos a acabar en una isla en la que no habrá gente de aquí. Y eso me da mucha pena y me hace echar mucho de menos lo que teníamos antes.

¿Has recibido críticas por ello?
— Sí, claro. Siempre hay críticas. La postura más fácil es mantenerse callado y no mojarse. A mí me encanta la polémica. Siempre voy a decir lo que pienso. Tenemos una isla bastante fructífera y antes no teníamos tanto turismo y seguíamos viviendo. Evidentemente hay una parte de nosotros que se sustenta del turismo y es importante que la siga habiendo, pero con unas medidas y regulación.

En octubre arranca tu gira. ¿Qué esperas que sienta la gente después de escucharte en directo?

—Los conciertos son mi parte favorita de todo el proceso musical. Soy la primera persona se emociona cantando y lo vive muchísimo. Me apetece que sea un desahogo para toda la gente que lo ha pasado mal por amor, pero también quiero que sea una fiesta. Además, llevamos la propuesta más arriesgada en cuanto a inversión, voy a ir con cinco musicazos, va a haber violines, vientos, arreglos de country, de folk. Creo que va a ser la hostia y que la gente lo va a disfrutar mucho.

Los mallorquines esperaremos hasta febrero ¿alguna sorpresa guardada?
—Todavía no he empezado a maquinarlo, pero sí que tengo alguna idea y quiero mezclar algo tradicional con lo que vengo haciendo últimamente, añadir músicos locales e instrumentos de aquí.