Dos generaciones tejen grabado y experimentación en el ‘Cor’ de Cort

Los artistas Amador y Julio Varela trabajan unidos y presentan ‘Homes, llebres i cantets d’alegria’

Fernando Gómez de la Cuesta, Amador, Javier Bonet, Julio Varela y Antoni Ferrer en la presentación de ‘Homes, llebres i cantets d’alegria’ | Foto: CORT

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El arte se expresa entre grabado y experimentación en el ‘corazón’ de Cort con la presentación de Homes, llebres i cantets d’alegria de la mano de dos artistas de dos generaciones y geografías distintas, el pollencí Amador y el argentino Julio Varela. La propuesta que aúna paisaje vegetal y figura humana permanecerá abierta al público a partir de este jueves hasta principios de septiembre en el Ajuntament de Palma.

Se trata de piezas elaboradas a través de la práctica de la xilografía –un método de estampación que usa la tabla de madera como soporte para tallar las imágenes que luego se transfieren al papel– y que además hacen uso del eje longitudinal de la pared y el techo a modo de friso o cornisa. Asimismo, las figuras orgánicas «están iluminadas por detrás, dando una sensación de profundidad y destacando la visibilidad del artificio del arte y la técnica del grabado, resaltando a su vez la calidad de la técnica, de los materiales y hasta de la madera cuando se imprime la imagen», ha explicado Antoni Ferrer, comisario de la instalación.

Modelo cultural
Por su parte, Javier Bonet, el primer teniente del alcalde y regidor de Cultura, ha señalado que desde Cort «defendemos un modelo cultural de calidad, diverso, local, nacional e internacional capaz de atraer la atención de un público con gustos muy diversos». Además, destacó que a partir de esta filosofía tienen el objetivo de convertir Palma en Capital Europea de la Cultura para el año 2031. «En este camino resulta esencial disponer de una oferta cultural que sea amplia y permita una interpretación diversa y cultural», añadió.

Por lo que se refiere a la instalación conjunto, Ferrer ha señalado que «formalmente y conceptualmente tienen ciertas afinidades, lo que nos ha ayudado a dar cuerpo y forma a este proyecto». Por un lado, Amador cuenta con una larga trayectoria a nivel nacional e internacional y desde los años 90 trabaja en torno al paisaje mediterráneo y cristaliza ciertos aspectos formales como pueden ser la luz, los cromatismos y el uso de territorios donde expresa las características de la zona. A su vez, su arte dialoga en torno a figuras de carácter humanoide y formas elementales que evocan su interés por lo inmanente. En cuanto a Julio Varela, sus impulsos artísticos entienden en amplitud el paisaje. Su percepción está influida por la tradición oriental y la contemplación. Igualmente, en sus obras se observan personas en posiciones contorsionadas, con referencias al mundo natural y doméstico, todo ello articulado el sentido de lo absurdo.

Además, ambos artistas trabajaron por separado dejando que sus lenguajes crecieran con autonomía y en consonancia hasta alcanzar un conjunto «bien resuelto», como ha señalado Fernando Gómez de la Cuesta, coordinador general de Cultura. «Ha sido una experiencia muy gratificante», ha confesado Amador.

Con todo, la propuesta artística es un proyecto site-specific que se aleja de la lógica expositiva y toma como punto de partida las características del propio espacio, manteniendo el punto de referencia en la experiencia del espectador .