Ya convertido en el artífice de un fenómeno, Boutavant es uno de los cabezas de cartel de la séptima edición del festival Tinta Il·lustre, organizado por Rata Cultura, y que se celebra este fin de semana en Palma (con unas jornadas profesionales este mismo viernes) y en el Museu del Fang de Sa Cabaneta (el sábado). Concretamente, el francés será el anfitrión de la fiesta del Gos Pudent, que se celebrará este sábado a las 18.00 horas en Marratxí y, además, firmará ejemplares antes del evento, a las 17.00 y después, sobre las 19.00 horas. Antes de su paso por la Isla, Boutavant explica a Ultima Hora que Gutman pensó en «un perrito con una vida trágica, pero con un corazón dulce» y que él, simplemente, siguió esa idea, «dándole al perro, año tras año, una carita cada vez más tierna».
Así, paradójicamente, Perro Apestoso está ‘podrido’, pero «lleno de ternura, alegría y nobleza». Esa contradicción, apunta, es lo que tal vez lo hace tan «memorable y conmovedor: va contra lo esperado y, por eso, se queda grabado más profundamente en nuestra mente». Y es que Colas, cuenta, «compara al perro con una fregona maloliente de pescado muerto, pero mi intención era hacerlo adorable, darle a todo un aspecto más redondo, no duplicar el dramatismo del texto». «Y no lo hice para seguir una tendencia ya duradera, sino para acercar a los niños esas grandes historias tristes o felices con ternura, y también porque sería plano hacer que tanto el texto como las imágenes avanzaran en la misma dirección», matiza.
La apariencia, pues, es más bien «simpática, adorable, y las expresiones son dulces o divertidas», pero lo cierto, puntualiza, es que el texto es más duro con el perro. «Ese era mi papel. Nunca antes había encontrado mi lugar tan rápido. Tenía que hacer que las historias fueran menos duras y agresivas; podría haber resultado aburrido si no hubiera dibujado al perro de esta manera».
Antihéroe
En este sentido, Perro Apestoso es una suerte de antihéroe, algo que recuerda, por ejemplo, a Shrek. «No recuerdo qué puso William Steig [el autor del libro en el que se basa la película], ni por qué necesitaba un personaje feo, dibujado de forma fea, aunque Steig era muy bueno en eso. En la película, en cambio, se dice más que es feo, pero la imagen no lo muestra tanto, de hecho, tiene una expresión luminosa. En ese caso, podría parecerse a nuestro perro: el texto o el entorno dicen más de lo que se ve, lo cual es un buen truco: el lector puede pensar ‘no estoy de acuerdo, me encanta este personaje, es adorable, y lo que se dice no es cierto’. Es una forma bonita de entrar en la historia: el lector se llena de un sentimiento de justicia».
Si algo tienen en común todas las entregas de la colección es que transmiten «valores sencillos»: «Es un personaje de buen corazón, ingenuo frente a la mente lúcida de su amigo, que actúa como esos padres que advierten a sus hijos. Pero nuestro héroe no hace caso a las advertencias porque, si lo hiciera, ya no habría historia. El motor, la energía, es precisamente la mente ingenua de Perro Apestoso»
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