ENTREVISTA

Eusebi Ayensa: «Ni Eliot ni Baudelaire han tenido el impacto de Kavafis en la cultura catalana»

El autor presenta mañana en Ca n’Oleo el exhaustivo y reconocido volumen dedicado al célebre poeta griego

Eusebi Ayensa Prat, en el yacimiento arqueológico de Empúries, donde trabaja como director del departamento didáctico. | Foto: JORDI MELI

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Konstantínos Kavafis (Alejandría, 1863, 1933) es «uno de los grandes de la lírica del novecientos, sin el cual gran parte de la poesía catalana contemporánea no hubiera sido como es». Lo afirmó en 2011 el reconocido crítico literario y poeta Jordi Julià. Esa taxativa afirmación sirvió de punto de partida a Eusebi Ayensa (Figueres, 1967), doctor en filología románica, para armar el exhausitvo volumen El bell viatge. Kavafis a la cultura catalana (Edicions Tres i Quatre), que le valió el Premi Octubre Joan Fuster d’Assaig 2024.

«Aunque Julià es un crítico muy reputado, es cierto que a veces es difícil no dejarse llevar por la pasión y exagerar, a pesar de que intentemos ser objetivos y llevar a cabo un trabajo científico», razona Ayensa, que tras abrir esta tarde en la sede de Institut Menorquí d’Estudis (Maó) el ciclo Literatura i illenquitat presentará este jueves (19.00 horas) el citado libro en Ca n’Oleo, invitado por el Cercle d’Economia de Mallorca.

Volviendo a la contundente sentencia de Julià, Ayensa reconoce que sí tenía razón y asegura que «el lector lo podrá comprobar con todas las pistas que le ofrezco». En este sentido, señala que «realmente sí es verdad que hay pocos poetas no catalanes, es decir, que no han escrito en nuestro idioma ni hayan vivido en los Països Catalans, que hayan tenido semejante repercusión. Ni siquiera Baudelaire, Eliot o Rilke, sin entrar en valoraciones de si son mejores o peores, han tenido tal influencia no solo en nuestra literatura, sino también en el arte, el pensamiento, la música o la política».

El poeta griego Kavafis.

¿Cómo consiguió calar así un poeta griego en la cultura catalana de principios del siglo XX? Según Ayensa, Kavafis tuvo la inmensa suerte de entrar en Catalunya por la puerta grande, gracias a las traducciones que dejó hechas Carles Riba antes de morir prematuramente en 1959. «La muerte de Riba fue un trauma, porque falleció debido a la complicación de una operación, todavía con muchos años por delante, dejando 66 poemas de Kavafis traducidos. Y luego, poco antes de morir Franco, Lluís Llach publicaba Viatge a Ítaca, un disco emblemático basado en el poema Ítaca de Kavafis. No hay que olvidar su legado en el arte, con Josep Maria Subirachs y la crítica literaria con grandes nombres como Josep Pla. Todo esto ha propiciado que mucha gente se acerque a él con devoción. Es una especie de marca de calidad», razona.

Sencillez

Y a ello, continúa, se suma el hecho de que su poesía es sencilla, a diferencia, por ejemplo, de la de Valéry o Eliot. «La única dificultad para entender su poesía radica en los poemas históricos, que hablan de reinos helenísticos y reyes que nadie conoce. Pero si sabes quiénes son y lo que hicieron, esos poemas son muy nítidos. Por otra parte, también tiene poemas eróticos muy explícitos, casi pornográficos, aunque sin caer en vulgaridades. Sin duda los históricos llegan más a gente de cierta edad, porque reflexionan sobre el comportamiento humano, mientras que los segundos llaman la atención a los jóvenes. Hay un Kavafis para cada momento de la vida. A mis 58 años me gustan sus versos que hablan de la añoranza, del recuerdo».

Continúa señalando que ahora que está «en Menorca, donde me estrené como profesor hace ya 30 años, revivo muchos momentos felices aquí y eso es muy kavafiano: la importancia del recuerdo y la memoria, en su caso la evocación de un antiguo amor, algo muy humano. Kavafis en estado puro. Más allá del tipo de amor homosexual, entre hombres, creo que su poesía trasciende esas etiquetas, porque tratan sobre todo de sentimientos y eso es lo que lo hace un poeta universal y de referencia para muchos. Además, con Kavafis compartimos ese punto mediterráneo de pasión por el sol y la vida. Kavafis es el poeta de la pasión, el recuerdo y la nostalgia, del amor. Él hablaba abiertamente de cuestiones que en su época ni se planteaban, como la denuncia contra la pena de muerte o algo tan actual como el transfuguismo político, con tanta gente cambiando de chaqueta de un partido a otro».

En definitiva, el trabajo de Ayensa sobre Kavafis, como él mismo insiste y demuestra en este volumen, no es de «interés arqueológico» porque Kavafis sigue interpelando a los autores de la sociedad actual. Prueba de ello es, por ejemplo, la huella que ha dejado en los mallorquines Josep Lluís Aguiló o Pere Suau, quien por cierto le arropará en la presentación de mañana en Palma.