Jordi Savall: «Los reconocimientos que recibes en tu país hacen el doble de ilusión»

El célebre músico es investido este martes a mediodía doctor honoris causa de la UIB

Jordi Savall, este martes en los jardines de Son Lledó de la UIB, donde ha plantado un naranjo y ha firmado el libro de honor | Foto: Alejandro Sepúlveda

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Hace muchos años Jordi Savall (Igualada, 1941) descubrió un texto que explicaba el mundo de Hesperia, el nombre que la Antigüedad griega dio a las dos penínsulas más occidentales del Mediterráneo: la itálica y la ibérica. En el relato se contaba que era un país en el que había unos frutos dorados que eran el elixir de la vida eterna. Esa cita sirvió al artista catalán para nombrar lo que sería la primera de muchos grupos que formaría a lo largo de las décadas: Hespèrion XXI (1974). Ahora, medio siglo después, Savall recupera ese mismo símbolo de la eternidad para celebrar que, aunque no sea lo habitual, él sí es profeta en su tierra. Así lo ha expresado este martes en los jardines de Son Lledó de la Universitat de les Illes Balears (UIB), donde ha procedido a la tradicional plantación de un árbol -él ha elegido un naranjo- y ha firmado el libro de honor, en un acto previo a la investidura como doctor honoris causa de la UIB, que se lleva a cabo este mediodía en el Conservatorio Superior de Música.

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Savall, «una de las personalidades musicales más polivalentes de su generación», según destacan desde el Vicerectorat de Projecció Cultural i Universitat Oberta de la UIB, cuenta con una trayectoria repleta de proyectos y distinciones, entre las que destaca su dedicación a la viola de gamba. Un instrumento que, ha asegurado, goza de «muy buena salud» en la actualidad, porque «son muchos los buenos músicos que lo tocan». «Hace veinte años enseñé en Basilea y formé a muchos músicos que hoy, a su vez, siguen formando otros y así sucesivamente». Además, ha señalado que a raíz del eco internacional de la película Tots els matins del món, filme de Alain Corneau en el que él participó, «en muchas partes del mundo ha surgido interés por la viola de gamba». «No hay ningún problema en su continuidad, pues los jóvenes lo siguen tocando apasionadamente», ha afirmado.

Asimismo, sobre su investidura como doctor honoris causa de la UIB, Savall ha admitido que «los reconocimientos que recibes en tu país tienen el doble de valor», a lo que ha añadido que «como normalmente nadie es profeta en su país, yo me siento muy feliz de saber que hay una parte importante del estamento cultural que piensa que he hecho algo positivo».