‘Recuerdos en la intimidad’, una oda a la reflexión pausada y humana

El escritor mallorquín Antoni Negre publica con OperaPrima este libro de relatos de diversa índole

El escritor Antoni Negre. | P. Bota

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Detalla Antoni Negre que cuando era joven le diagnosticaron agorafobia (miedo a espacios abiertos y concurridos). Movido por la curiosidad y por las ganas de saber qué era aquella -fobia, se matriculó en Humanidades, decidido a aprender psicología y autoconocerse. «No quería ejercer, quería saber qué puñetas me pasaba», exclama. No obstante, sufrió un desencanto y un enamoramiento a la vez. Lo que no le decía la psicología, se lo susurraba la filosofía, cual canto de sirena, Negre cayó en sus redes.

Este es, en parte, uno de los motivos por los cuales Recuerdos en la intimidad, su nuevo libro en el que recopila relatos de diversa índole, exuda tanto sentir reflexivo. Y es que Negre defiende que de lo que se come se cría a nivel intelectual: «Si solo lees el Pronto o la Semana y solo ves Sálvame Deluxe, terminarás siendo eso, y yo no sabría alimentarme de otra cosa que no sea Séneca, Petrarca, etcétera. Además, a mi edad no puedo permitirme el lujo de perder dos horas viendo la tele o leyendo un libro que no merezca la pena».

Por ello, entre su formación filosófica, la cual «te da una forma diferente de ver la vida», y su curiosidad innata, Negre se mantiene atento a cualquier cosa que pueda luego convertirse en un relato. «A veces es una noticia, a veces una conversación que oigo por la calle», indica el autor que comenta que «puede ser cualquier cosa» y que una vez que empieza a escribir se deja llevar y termina «del tirón» para, más adelante, releer y revisar.

Afición

Y no oculta el escritor que esto se trata de «un hobby», ya que la premisa es «disfrutar» de escribir, algo que procura en mantener. «Tengo un amigo cuyo hobby es jugar al golf y un vecino que tiene el de jugar al pádel», indica Negre que reafirma que el suyo es, precisamente, «el de escribir». OperaPrima es la editorial en la que ha decidido publicar este último libro, un sello que combina la autoedición con un paraguas editorial importante con presencia en importantes eventos como la Feria del Libro de Madrid y que ofrece distribución a la mayoría de librerías.

También señala Negre que su trabajo como enfermero y celador en centros como el Hospital San Juan de Dios o Son Dureta le ha marcado a la hora de transitar por la vida. Especializado en el área de críticos, detalla que cada día «veía el sufrimiento y sé qué cara tiene». Por ello, «tras 44 años viendo esto, y viniendo de la filosofía , ves las cosas de otra manera. Por eso, ahora no tengo que hablar de cosas que ni me van ni me vienen», defiende el autor.

Ahora, a sus 70 años, Negre también es un firme adalid de hacer ya lo que uno quiera y nada más y nada menos que eso. Por esta razón, no tiene tiempo para leer novedades, a no ser que sean «muy buenas», e invierte sus lecturas en autores que ya hayan sido juzgados por el paso del tiempo: «Quiero saber a quién leo», destaca. ¿Qué pasó con su agorafobia? Le preguntamos. «Ahí sigue, he aprendido a vivir con ella», indica. «Vi que la psicología iba en calzoncillos, pero me enganchó la filosofía y me pregunté: ¿Qué haría un filósofo?».