Los artistas posan con Frederic Pinya, junto a una escultura de Richard Deacon en el patio de la galería Pelaires de Palma. | Jaume Morey

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La galería Pelaires de Palma cierra el año con los proyectos individuales de los artistas Prudencio Irazabal, Alain Urrutia y Guillermo Rubí. El espacio, gestionado por Frederic Pinya y Eva Mulet, acoge también dos esculturas de Richard Deacon ubicadas en el patio. Las propuestas se inauguran hoy, a las 19.00 horas.

La muestra Piano Trasncriptions, de Irazabal, está situada en la Planta Noble del centro. Consta de dos espacios consecutivos diferenciados; uno acoge obras de gran formato y en el otro se exhiben tamaños «más domésticos», detalla el artista, que construye sus piezas mediante capas de pigmento acrílico superpuestas generando unas piezas que, mediante las veladuras y transparencias de la propia pintura, dejan ver esa particular construcción. Algunas se pudieron ver en la reciente exposición que el MUSAC de León dedicó a la obra del creador y en la que recogió sus más de 30 años de trayectoria. Su trabajo forma parte de importantes colecciones y está presente en museos como el Reina Sofía o el Guggenheim de Bilbao. «En mi pintura todo influye; el secado, el medio, la temperatura. No me sirven los bocetos, lo que me interesa es el proceso como algo vivo», señala.

En la Planta Baja encontramos el trabajo de Guillermo Rubí con Girls!, girls! girls!, título extraído de una canción de la cantante y guitarrista estadounidense Liz Phair. Las piezas de Rubí están elaboradas con elementos de la cultura pop. En concreto, trabajó sobre su colección de camisetas, seleccionando detalles que luego estampó sobre tela mediante serigrafía. Esas pequeñas imágenes recortadas parten de prendas de grupos como The Cramps o del icono de la cultura mood Fred Perry. «El punto de partida para mí es la música, pero me interesa trabajar sobre la identidad cultural, tanto compartida como individual», afirma Rubí. También desvela esculturas que están elaboradas igualmente con camisetas, y en las que el artista realizó un juego como si se tratasen de expositores de una tienda de ropa.

El Cabinet acoge la individual Melancolías, de Alain Urrutia, que ya expuso en este espacio y la tercera vez en Pelaires. En concreto, presenta 15 óleos de pequeño formato que recogen escenas cotidianas. Busca representar el sentimiento de nostalgia mediante una selección de imágenes sugerentes y poéticas donde conviven una cabeza de Lenin con fragmentos de paisajes, obras de arte y libros, que generan un ejercicio de intertextualidad. «Busco imágenes que me recuerden a la melancolía. El título de la exposición está en plural para poner sobre la mesa diferentes miradas. Trabajo a partir de una imagen y busco que no se repita, pero sí que se relacionen. Hay muchas lecturas y nexos entre los cuadros», subraya el creador.

En cuanto a las esculturas de Ricard Deacon en el Patio, se trata de un nuevo programa que quiere impulsar la galería. «La escultura está un poco menos presente, en parte por culpa del altísimo coste de producción, pero no podemos olvidar que vivimos en una isla en la que los espacios exteriores tienen muchísima presencia», remata Frederic Pinya.