Petra Pericàs y Caterina Valriu, en el Claustre de Sant Domingo de Inca, donde este miércoles día 5 presentarán el cuento. | Montse Ramírez

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Cuántas veces no hemos oído, de pequeños, cuando nos acercábamos peligrosamente a un pozo o a una cisterna, esa advertencia con nombre propio: Maria Enganxa. Según la popular leyenda, es una mujer de agua que habita dentro de los aljibes y que, con su largo gancho, atrapa a los niños que atreven a asomarse al pozo donde habita. Así, con los años Maria Enganxa se ha ganado la mala fama de ser una mujer desagradable.

Sin embargo, Caterina Valriu y Petra Pericàs han juntado sus dos artes –el de las palabras y el de las imágenes, respectivamente– para dar un giro a esa historia con el cuento Maria Enganxa (Disset Edició). Lo presentarán este miércoles, a las 18.00 horas, en el Claustre de Sant Domingo de Inca y consistirá en un cuentacuentos de la mano de Catalina Contacontes –alter ego de Valriu– y dibujo en vivo a cargo de Pericàs, además de un refrigerio con dulces de Pasqua para los niños que acudan al evento. El libro, de hecho, también incluye un código QR a través del cual se puede escuchar la historia narrada por Catalina Contacontes.

Portada de 'Maria Enganxa'

En esta obra conjunta, pues, Maria Enganxa es una niña muy pequeñita que parece más bien una inofensiva hada de las profundidades, con un «aire fantasioso» a la vez que un «tanto inquietante», según las autoras. Paula es quien la descubre, mientras saca un cubo de agua de la cisterna, tal y como le ha pedido su madre. Así, empiezan a hablar sobre el País dels Infants Caiguts dins la Cisterna, donde además habitan otras muchas mariaenganxes. Como se aburre mucho, Paula le propone que aprenda a leer, ya que no necesita nada más que un libro para viajar lejos y conocer otros mundos y la invita a ir a la escuela, a escondidas.

Desde entonces, para no arriesgarse a ser descubierta, Paula le bajaba muchos libros dentro del cubo, con una bolsa bien cerrada para protegerlos de la humedad. De esta manera, Maria Enganxa entabló amistad con muchos personajes, como Alicia, Peter Pan o de Bernadet y nunca más se aburrió. Años después, decidió compartir su capacidad y crear una academia para enseñar a leer a todas las jóvenes mariaenganxes que habitaban en los pozos y cisternas de todo el mundo.

Ilustración de Petra Pericàs para el cuento


Lectura


«Lo que ha prevalecido es la complicidad entre mujeres, entre niñas, y sobre todo es también un elogio a la lectura como aprendizaje y como algo atractivo», apunta Valriu.«No es la Maria Enganxa que espera la gente, sino del siglo XXI. La literatura infantil y juvenil contemporánea está repleta de gigantes vegetarianos, dragones que sufren depresión porque nadie los quiere, princesas valientes y príncipes tímidos. En este caso, seguimos esta tendencia de invertir los roles habituales», matiza.

Según Valriu, el interés o la atracción de los más pequeños hacia figuras terroríficas responde a un «mecanismo de proyección». «Cuando leen historias sobre dimonis o de Maria Enganxa, o cuando se disfrazan en Halloween, es una manera de sacar fuera ese miedo y, de esta manera, te puedes reír de ella. Es un mecanismo que está muy estudiado. Incluso la morbosidad que se puede dar con este tipo de ficciones, con las partes más oscuras, sirven para ponerles cara y manejarlo. Las rondalles ya empiezan con una prohibición que es inmediatamente transgredida y, a partir de ahí, se genera la acción», razona.

En definitiva, Maria Enganxa es aquí «un personaje femenino con capacidad de decisión, de construir su mundo y de compartir con los demás. Es autónoma, emprendedora y tiene ganas de disfrutar de la literatura. Tampoco intentamos sustituir el cuento, solamente es una aportación más», aclaran Valriu y Pericàs.