Antoni Noguera, Marcos Augusto, Bel Font, Guillem Riutord y Aina Bausà, este miércoles en el Casal Solleric. | Jaume Morey

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Más que considerarse artista, Dolores Sampol se definía como pintora. Así arranca la exposición en el Casal Solleric que pretende rendir, en palabras de su comisaria, Bel Font, un «necesario y merecido» homenaje a una «gran pintora y persona inmensa» que se fue demasiado pronto, cuando tenía 65 años, el 28 de junio de 2020. La muestra, titulada Dolores Sampol. Pintora. 1954 - 2020, se inaugura este jueves a las 19.30 horas, y podrá verse durante tres meses en la Planta Noble del Solleric.

«La exposición es un colofón a una vida intensa, que vivió con total libertad, como también se demuestra en su pintura. Es un homenaje a una figura indispensable del arte contemporáneo de las Islas, también como parte de una generación que posicionó Baleares más allá del territorio», ha añadido Font.

Además de la propuesta expositiva, que incluye cerca de 90 piezas entre esbozos y dibujos en papel hasta cuadros de grandes dimensiones, próximamente se editará un catálogo con textos de Sebastià Perelló, Àngel Terron, Biel Mesquida y José Carlos Llop. Font ha presentado el proyecto este miércoles en el Solleric junto a Guillem Riutord, hijo de Sampol; el regidor de Cultura del Ajuntament de Palma, Antoni Noguera; el director general de Promoción y Difusión Cultural, Marcos Augusto y la directora general de Artes Visuales, Aina Bausà, quien ha destacado que Sampol «creó un imaginario propio y singular» y ha asegurado que está «muy trabajada» y ha habido «una inmersión real en la obra de la artista que se ha destilado muy lentamente».

«Dolors era una mujer impresionante, con una elegancia innata, culta y con un nivel intelectual muy poco común. Creo que esta exposición es un paseo pictórico a la altura de las circunstancias y está construida con un respeto total y absoluto», ha subrayado la comisaria, Bel Font, quien a su vez ha confesado que «emocionalmente no ha sido un trabajo nada fácil en algunos momentos, pero a la vez, a través de las pinceladas de cada obra que pasaba por nuestras manos, analizándolas, me he sentido confortada y guiada por la propia Dolores, a pesar de su ausencia».

Exposición Dolores Sampol en el Solleric
La exposición de Dolores Sampol en el Solleric incluye unas 90 piezas, entre dibujos y esbozos y cuadros de mayores dimensiones. Foto: Jaume Morey

Font, quien ha ideado la muestra con la colaboración de Guillem Riutord, hijo de la pintora, ha señalado también el reto que ha supuesto «destilar más de treinta décadas de trayectoria», aunque ambos han afirmado que Sampol era muy ordenada y clasificaba rigurosamente sus obras en diferentes etapas, tal y como ella mismo detalló en su página web.

Por su parte, Riutord ha reconocido que «me mueve la voluntad de preservar la memoria de mi madre a través de su legado cultural» y ha sintetizado que la propuesta significa «celebrar la vida y la creación de una pintura que creo que tendrá más reconocimiento en la historia de la pintura contemporánea de las Islas». Riutord también ha valorado que el catálogo permitirá «preservar la memoria» a través de este «documento para recordar su pintura y su contribución a la sociedad».

Algunas de las piezas que se exhiben en el Solleric son inéditas, incluso también algún cuadro, aunque Font ha puntualizado que algunos proceden de coleccionistas privados que lo adquirieron en su momento en la exposición, por lo que muchos llevan décadas sin que el público los haya podido ver. «Algunos estaban en casa, pero tengo que decir que no causan la misma impresión que verlos aquí en el Solleric. Creo que ahora se da una reciprocidad que engrandece tanto al espacio, a la Planta Noble, como a la obra, que ganan peso y se amplían», ha agregado Riutord.

Para Antoni Noguera, «este homenaje es sinónimo de un regalo a Ciutat, para que los ciudadanos puedan disfrutar de una exposición emocionante e importante y que cierra la legislatura».

Font ha concluido que con esta muestra «se cierra un ciclo», pues la primera individual de Sampol fue en 1989 en Can Balaguer, para cuya ocasión se editó un catálogo con textos de Àngel Terron, entre otros, y ahora llega a la «principal casa de cultura de Palma» y su primera colectiva fue ese mismo año, organizado por la galería 6a –que Font regenta– y que se llevó a cabo en La Llonja.