Foto de familia de los políticos y responsables de la Fundació y el Centre Internacional Toni Catany. | Teresa Ayuga

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La fotografía es tiempo. Es el tiempo invertido en hacer la foto y en dar con el «instante decisivo». El tiempo, por desgracia, es tan escurridizo y necesario como el agua, y a Toni Catany se le acabó hace 10 años, antes de poder ver materializado su gran sueño: el Centre Internacional de Fotografia que lleva su nombre y que abre sus puertas al público hoy en Llucmajor. Este sábado fue la inauguración institucional, a la que acudieron importantes nombres de la política y la cultura de la Isla, y en la que Miguel Bezares, presidente de la Fundació Toni Catany, detalló emocionado que «esto echa a andar ahora».

El espacio, diseñado por Josep Lluís Mateo, es por fin una realidad en el número 31 de la calle D’Es Convent o, como se le conoce en el pueblo, Ca’n Toni, pues era la casa del propio Catany. Ha sido un camino largo, como detalló Toni Garau, director del espacio que se gestionará de manera privada pero que conserva la titularidad pública.

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Maria del Mar Bonet y Borja Penalba interpretaron un concierto al inicio del acto inaugural.

El lugar, que arranca con una exposición doble con imágenes del propio Catany y de Michael Kenna, presente en la inauguración, se marca por objetivo para este año «reunir el archivo completo de Catany», con sus más de 180.000 negativos, miles de libros e incontables elementos más «para insuflar vida» al centro que tiene «una clara vocación internacional a partir de lo local».

Y vida es precisamente lo que Bezares asegura querer dar no solo a la nueva casa de Catany, sino al artista. «Enterrarle fue relativamente sencillo, pero mantenerle con vida fue un reto», señalaba ante la presidenta del Govern, Francina Armengol, que estuvo al frente de una comitiva política amplia. Armengol recordó cómo el propio Catany propuso hace 15 años la creación de este centro a cambio de su casa y su archivo, mostrando su «extrema sensibilidad y generosidad». Por otro lado, la presidenta habló de que «hacer realidad un sueño», el del propio Catany y el de quienes que han peleado por él y avanzó que el Govern entrará a formar parte de la Fundació este lunes.

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Éric Jareño, alcalde de Llucmajor, se mostró contento y dispuesto a colaborar con el Centre.

Pasó de todo durante el acto, presentado por Agnès Llobet, pero lo más emotivo ocurrió al inicio cuando Maria del Mar Bonet, junto a Borja Penalba, ofreció un sentido concierto «en homenaje» a Catany, amigo personal y que la inmortalizó en aquella mítica portada de la cantante. Entre los varios temas que cantó Bonet, como Amic amat o Petita estança, escrita a Catany, una de las que más aplausos levantó fue Blau i sols de roses blanques. Quizá fue por ser la última que interpretó o, quizá, por hablar de un pati verd i blanc de primavera, precisamente lo que es para la figura y el legado de Catany el Centre Internacional y que, como dijo Bonet, le hace estar «en casa, como siempre».