El violonchelista Pablo Ferrández.

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Es una de las actuales estrellas de la música clásica internacional; no en vano, contar con él en un concierto es sinónimo de éxito. Hablamos de Pablo Ferrández, violinchelista que tocará este jueves junto a la Orquestra Simfònica de Balears en Trui Teatre (20.00 horas). Su poder de atracción llega también hasta las nuevas generaciones a través de las redes sociales, donde cuenta con más de 100.000 seguidores en Instagram. El músico avanza las claves de esta velada que dirige el maestro Pablo Mielgo.

- Repite con la Simfònica.
Será la tercera vez que tocamos juntos. Me gusta mucho, la última ocasión fue con el maestro Pablo Mielgo, con quien conecto muy bien porque vemos la música de manera muy similar. Nos entendemos a la perfección.

- ¿Qué puede avanzar la pieza que interpretará en este concierto?
Tocaré el Concierto para violonchelo OP 129 de Schumann, una de mis obras favoritas. Es un concierto romántico y uno de las piezas más grandes para el violonchelo. Hace años que lo grabé y desde entonces lo he interpretado mucho. Me apetece mucho hacerlo junto al maestro Mielgo.

- Cuando decidió dedicarse a la música, ¿qué le atrajo del violonchelo?
En realidad no lo elegí yo, empecé con tres años (risas). Fue por mis padres, ambos son músicos, mi padre es violonchelista de la Orquesta Nacional y mi madre es profesora. Me pusieron el instrumento en las manos a lo tres años y así desde entonces.

- Es artista del prestigioso sello Sony Classical. ¿Cómo es trabajar con una gran discográfica?
La verdad es que grabar con una gran discográfica siepre fue un sueño. Cuando Sony se acercó a mí y me lo planteo fue algo que me hizo muchísima ilusión. Desde entonces hemos grabado ya dos discos, el último se publicó en noviembre del año pasado, titulado Brahms: Double Concerto & C. Schumman: Piano Trio. Lo grabé con la Filarmónica Checa y Anne-Sophie Mutter, es de las cosas más importantes que me han pasado. Me lo dicen hace 15 años y no lo habría creído.

- La crítica le ha calificado como ‘el nuevo genio del violonchelo’, ¿cómo recibe uno este tipo de reconocimientos?
A la crítica hay que escucharla la justo para bien y para mal. Realmente no leo las críticas, no me afecta el qué dirán. Se agradecen los halagos pero uno tiene que intentar ser lo más objetivo posible y ser tu mayor crítico. Uno conoce su nivel y sabes cuando lo haces bien o mal. Pero sí, estos reconocimientos gustan, todos tenemos nuestro corazoncito.

- Por otra parte, Los Angeles Times dijo de usted que tiene el magnetismo de una estrella del pop. ¿Se siente como el Justin Bieber de la música clásica?
(Risas) Tengo mucha suerte de tener a gente que quiere escucharme y me sigue. La verdad es que eso es muy agradable, sentir el calor del público ne una sala es lo que más aprecio. El público es la razón por la que tocamos, vivimos de él y para él, sentir ese cariño es muy agradecido, de hecho hay gente que te espera para verte en su ciudad.

- Uno de los retos dentro de este género es generar nuevos públicos, acercarlo a la gente joven. ¿Cuáles cree que son las claves para que esto ocurra?
Creo que las redes sociales, en general, están haciendo mucho bien en este sentido. Desde que tengo Instagram [donde le siguen más de 100.000 personas] me he dado cuenta de que me sigue mucha gente joven y cada vez les veo más en los conciertos, la gente que me sigue viene a verme. Cabe decir que desde las salas se está haciendo un gran esfuerzo para que sea así, con precios reducidos para gente menor de 30 años, por ejemplo.