Anglada Camarasa posa en Cala Sant Vicenç en el año 1913.

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El Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) presenta hasta el 7 de mayo la exposición Anglada Camarasa. L’arxiu premeditat, a partir del archivo privado del pintor donado al museo barcelonés por parte de la familia del artista. La muestra incluye 360 documentos, catorce pinturas y dos dibujos de Hermen Anglada Camarasa (Barcelona, 1871 – Port de Pollença, 1959). Además, hay dos dibujos de Pablo Picasso, dos pinturas de Tomàs Moragas y una litografía de Albert de Belleroche.

En el marco de la exposición, se realizará un simposio internacional los días 16 y 17 de marzo, en el Museu Picasso de Barcelona y en el MNAC, sobre la práctica archivística en el arte. A su vez, durante los meses de abril y mayo, tendrán lugar mesas redondas bajo el lema de El mito Anglada Camarasa. Entre Fortuny y Miró y protagonizadas por los comisarios del montaje, Eduard Vallès y Pilar Cuerva, así como por Francesc Fontbona y Cristina Ribot, expertos en la obra del pintor.

Cuadro de Anglada Camarasa titulado ‘Granadina’ (1914).

Cuerva declaró que «Anglada Camarasa fue un hombre minucioso que, desde que empezó su carrera artística, tuvo claro que debía generar un archivo para poder dejar constancia de su obra». La donación del archivo del artista consta en total de 7.605 documentos, que se han reinventariado y digitalizado en su totalidad. Así, será más fácil abrir nuevas líneas de investigación sobre su obra. Eduard Vallès aseguró que «es una categoría de artista poco habitual, un profesional en tiempo de bohemios, que quería pervivir y seguir en el futuro».

Los documentos de la exposición dan idea del proceso creativo de Anglada Camarasa. Se encuentran fotografías, libretas, seis cuadernos manuscritos, álbumes de prensa, certificados, invitaciones para exponer en lugares como la Kunsthaus de Zurich en 1910, comunicaciones como la del nombramiento de 1917 de Archer M. Hunglington como miembro de The Hispanic Society of America en Nueva York, o el inventario de las obras sobre lo que debía constituir una exposición antológica.

Entre las obras más representativas del pintor, destacan las dedicadas al paisaje de Mallorca y, en concreto al de la Serra de Tramuntana. A partir de la Primera Guerra Mundial, Anglada Camarasa se instaló en el Port de Pollença, hecho que influyó en la temática y el cromatismo de sus pinturas. La Guerra Civil le forzó a exiliarse a Francia, donde vivió hasta 1948, fecha en la que regresó a Mallorca, donde permaneció hasta su muerte.

Uno de los puntos más interesantes de la exposición es la colección de series fotografías, así como gran cantidad de dibujos, que forman parte del proceso creativo del artista, mediante meticulosos estudios preparatorios a las obras finales. Se pueden ver conjuntos de retratos femeninos de cuerpo entero y gran formato, fotografías preparatorias en la Bretaña francesa, dibujos e instantáneas de animales e imágenes familiares, entre otros documentos.