Joan Oliver 'Maneu', en el centro, comparte con los asistentes algunas anécdotas sobre Miró. Al evento acudieron el nieto del artsita, Joan Punyet Miró; la directora general de cultura del Govern, Catalina Solivellas; el alcalde de Valldemossa, Nadal Torres. | Teresa Ayuga

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El nombre de Joan Miró no deja indiferente a nadie. Pocos son los que no son capaces de reconocer su trazo, limpio y atrevido, propio de un niño. Sin embargo, no todos tuvieron el privilegio de conocer personalmente al genio, que murió el día de Navidad, en 1983, a los 90 años. Los que sí pudieron compartir con él proyectos, confidencias y sobremesas coinciden en destacar los mismos rasgos: humanidad, generosidad, humildad, sencillez y compromiso. Precisamente con la intención de mostrar cómo era el hombre que aguantaba el pincel que Joan Oliver ‘Maneu’ y su sobrino Joan Oliver Argelés han montado la exposición Joan Miró. Compromís i generositat universal, que se ha inaugurado este sábado a mediodía en el Museu Municipal de la Cartoixa de Valldemossa. La propuesta podrá verse hasta final de temporada, aunque se está trabajando para que se quede en este espacio de forma permanente.

Al evento han asistido Joan Punyet Miró, nieto del artista; Catalina Solivellas, directora general de Cultura del Govern; Nadal Torres, alcalde de Valldemossa y el regidor de Cultura del consistorio de la localidad, Biel Rosales, y Jaume Salvà, gerente del Museu Municipal.

La muestra se nutre de más de 50 carteles, además de algunas planchas que muestran el proceso para su realización, acompañadas de una serie de pruebas avant la lettre –antes de incluir las letras– dedicadas al litógrafo y colaborador Damià Caus, fundador del taller de Litografies Artístiques de Barcelona y que el mismo Miró designó miembro del patronato de la Fundació Pilar i Joan Miró, en Mallorca, en 1978. Precisamente gran parte de las obras expuestas fueron regalos y obsequios del propio Miró a diferentes entidades culturales, como es el caso del cartel que creó para la Obra Cultural Balear en 1978, cuando estaba pasando por un momento muy delicado.

Visitantes de la exposición de Miró en Valldemossa
Visitantes de la exposición de la cartelería y obra gráfica de Miró en el Museu Municipal de la Cartoixa de Valldemossa. Foto: TERESA AYUGA

«Josep Maria Llompart era el presidente y yo el secretario en la recién estrenada Transició. La Obra Cultural era como un refugio y no contaba con ningún tipo de ayuda, así que Llompart, consciente de que Miró era socio de honor y podría ayudarnos, me pidió que hablara con él. Así lo hice. Me contestó que ya pensaría en algo. Seis meses después todavía no había dicho nada y pensé que se habría olvidado. Pero de repente nos llamó Francesc Farreras, desde Barcelona, y nos dijo que teníamos que recoger un póster que Miró había hecho. Además, había editado 75 litografías, de las cuales donaba 50 a la Obra Cultural, que en ese momento se vendían a 50.000 pesetas. Y así fue como Miró aportó de golpe dos millones y medio de pesetas», ha contado con cariño Maneu, quien además ha subrayado que se trata de «la única litografía marcada con dos franjas de colores muy intensos, rojo y azul».

Asimismo, la muestra también transmite «la inquietud y el compromiso» de Miró por «la tierra, la lengua y la cultura del país», como los carteles del Congrés de Cultura Catalana, para la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana o para Amnistía Internacional. En otra sección se exhibe algunos trabajos que realizó para poetas y artistas como Joan Brossa, Josep Llorenç Artigas o Josep Lluís Sert.

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Poema de Margalida Magraner con litografía de Miró. Foto: TERESA AYUGA

La propuesta cuenta con una sección documental en la que, a través de unas vitrinas de cristal, se pueden ver, entre otros elementos, las cartas que Miró intercambió con el pintor, ensayista y crítico de arte Bartomeu Lluís Ferrà Juan (Palma, 1893-1946), con quien entabló amistad cuando estudiaron juntos en la Acadèmia Galí de Barcelona. Las vitrinas también incluyen libros y catálogos protagonizados por Miró, como El Vol de l’Alosa, con prólogo de Pere A. Serra, en el que 19 poetas de la Isla le dedicaron en 1973, entre ellos Margalida Magraner, Guillem Frontera, Robert Graves y Josep Maria Llompart.

Por su parte, Joan Punyet Miró, nieto del artista y que ha donado dos, también ha querido compartir con los asistentes algunos recuerdos de su abuelo. «Pude compartir con él 15 años, lo vi pintar y dibujar y juntos mirábamos Charles Chaplin en la tele. Nos reíamos mucho. Tiene mucha consideración por su familia. No era una persona estrafalaria ni arrogante, sino humilde y sencilla», aseguró. Punyet Miró además ha donado dos carteles de su colección: uno que realizó para la presentación del diccionario enciclopédico Salvat Català de 1968 y otro para el festival Spoleto de 1981.

«Si esta exposición sirve para despertar el espíritu de Miró, su compromiso y su reflexión ante el mundo, ya nos damos por satisfechos», ha dicho Maneu. Lo que es seguro es que los que se acerquen a esta muestra podrán conocer, precisamente, a la gran persona que sujetaba el pincel, como bien ha comentado su nieto.