Catalina Solivellas es la directora general de Cultura del Govern. | Teresa Ayuga

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Cuando se anunció, en 2019, que la actriz Catalina Solivellas iba a ser la directora general de Cultura del Govern, una parte del sector cultural se echó las manos a la cabeza. Casi cuatro años después, y con las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, la candidata al Premio Goya en el año 2013 por su papel en la película Els nens salvatges hace balance de su paso por el Ejecutivo balear.

La legislatura está a punto de terminar. ¿Qué balance hace de estos cuatro años al frente de la Direcció General de Cultura?
Han sido cuatro años muy intensos. Me siento satisfecha del trabajo junto al equipo y agradecida por la oportunidad de servir a mi comunidad en la legislatura más difícil y exigente de la democracia. He adquirido mucho conocimiento y experiencia.

Está claro que la pandemia ha marcado las políticas de estos últimos tres años. ¿Qué planes se han quedado en un cajón debido a esta situación extraordinaria?
Nos obligó a redirigir presupuesto y planificar acciones. Ahora me parece increíble que pudiéramos hacerlo entre el desconcierto y la incertidumbre. Supuso mucha presión porque exigía la responsabilidad de hacerlo bien. A pesar de eso, prácticamente todo lo que teníamos previsto como legado estructural ha salido o está saliendo. Pero, naturalmente, sin la pandemia, hubiéramos podido hacer más acciones que se podrán poner en marcha la próxima legislatura.

Si la izquierda vuelve a ganar las elecciones. ¿Repetiría en el cargo?
—Estaré a disposición mientras pueda ser útil a mi comunidad y crea en el proyecto de futuro, que es el de la presidenta. Siempre he tenido vocación de servicio público. Me gusta trabajar en mi tierra y para mi tierra, de la que me siento orgullosa. Hasta ahora lo había hecho desde un escenario o un plató. La vocación es la misma.

¿Qué ha aprendido del mundo de la política y qué es lo que más le ha sorprendido?
Cuando ves trabajar de cerca a las buenas, se aprende mucho sobre visión, enfocar lo importante y negociación. He aprendido que siempre debes trabajar con dos miradas a la vez: la corta porque estás en política, y los cambios son frecuentes; y la larga, que es la que te hace pensar en diseñar políticas culturales que perduren.

Hay varios equipamientos todavía por inaugurar, como el Centre Internacional de Fotografia Toni Catany de Llucmajor y la Caja de Música. ¿Cuándo se inaugurarán y comenzará su actividad?
El Centre Toni Catany está terminado, es una maravilla y su inauguración, inminente. La Capsa de Música sigue según lo planificado para abrirse este año. Tendremos un equipamiento a la altura de lo que merecen la Simfònica y los ciudadanos de Balears.

Una de las piedras en el zapato de la Conselleria ha sido el ICIB, que ha tenido varios encontronazos con el sector audiovisual. ¿A qué cree que se debe este roce entre institución y sector y cómo se podría solucionar?
Todos estamos de acuerdo en la necesidad de más personal y ya se está incorporando para ejecutar como deseamos. La solución es dotarlo con recursos humanos, medida extensible al área de Cultura. A pesar de eso y la pandemia, se han creado convocatorias nuevas, el presupuesto se ha duplicado, se gestionan fondos europeos y se han sentado unas bases solidas para que crezca y cumpla todos sus objetivos. Sería muy injusto no reconocer el trabajo hecho.

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Solivellas posó en Can n'Oleo, sede de la Direcció General de Cultura, para este diario.

Algunas voces del mundo cultural criticaron su falta de experiencia cuando fue nombrada, ¿cree que en estos cuatro años ha demostrado que estaban equivocados?
El trabajo debe hablar por uno. Y esta legislatura la acabamos con 13 millones de euros de inversión del Gobierno central para bibliotecas, archivos y museos. Es un avance absolutamente histórico. Permitirá reabrir la sección de arqueología del Museu de Mallorca, la rehabilitación integral del Museu de Muro y la puesta al día de Can Sales. Me siento especialmente satisfecha de esos logros compartidos con el equipo y de la relación con el Ministerio de Cultura.

En una entrevista en este mismo periódico dijo que su objetivo era alzar a Balears como referente cultural del Mediterráneo, ¿lo ha conseguido?
Cuatro años no son suficientes. Pero sí hemos logrado hitos, gracias a un elemento clave: las sinergias, los proyectos compartidos. En ese sentido, la relación con Es Baluard Museu y su directora, Imma Prieto, ha sido muy fructífera y cómplice. Juntos, hemos puesto en marcha proyectos de renombre y visión internacional como el Laboratori d’Art i Pensament, I-Cordes o el UBU de Bob Wilson, que llevará el nombre de Baleares y la creación por todo el país y Europa. Además, Lara Fluxà nos representó en la Bienal de Venecia. Y la internacionalización se logra también con equipamientos pensados con ese objetivo ya desde el plan director. Ahí la principal apuesta es el Centre de Recerca Creativa de Llucalcari, cuyas obras están a punto de iniciarse y tiene un planteamiento ambicioso en torno a la creación y la investigación. No olvidemos la Capsa de Música.

¿Echa de menos su profesión de actriz?
El día a día es muy exigente y me he centrado en mi encargo. La vida es corta pero ancha, así que espero que aún me quede mucho por hacer en la actuación. Glenda Jackson volvió a los 80 años con El rey Lear. Sin duda esta experiencia también me ha enriquecido como actriz. La realidad siempre supera la ficción.