Joan Cortés junto a dos de las obras que expone en la Galeria 6A esta tarde. Foto: Pilar Pellicer | Pilar Pellicer

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Durante el 2022, la Galeria d’art i taller 6A (Carrer de la Puresa, 8) llevó a cabo las celebraciones de su 40 aniversario –bueno, 41 ahora– y pasaron por su espacio varios artistas que han trabajado con ellos y son prácticamente parte de la familia. Lo que pasa es que es una familia muy extensa y el año se quedó corto. Por ello, la tarde de este viernes a partir de las 19.00 horas, es el turno de Joan Cortés, el artista de Pollença que suma su nombre y firma a estas celebraciones con Flobis enlaire, muestra que une el estudio de la forma tan característico de la obra de Cortés con la emoción que pretende crear en sus piezas.

Así pues, a través de diferentes artefactos que van desde el dibujo a la escultura, Cortés explora principalmente la materia: «Mi obra se basa más en la forma que en el concepto», detalla el propio creador quien asegura haber «aceptado la invitación de la 6A» por ser un lugar «que es como una segunda casa». Asimismo, Cortés propone una veintena de obras nuevas, creadas entre los años 22 y 23, en la que el color blanco es «una constante», como lo ha sido a lo largo de toda su carrera, por su «pureza, su luz y armonía», aunque con pequeñas incursiones en cromatismos diferentes como el dorado o el negro mismo.

Para Cortés, «no son formas perfectas lo que hago, pero el acabado sí intento que sea lo mejor posible». Además, «todo empieza con una intención, pero puede ir cambiando porque lo que más busco en mi trabajo es sorprenderme e impresionarme a mí mismo». Se genera también un contraste entre las propias formas expuestas y sus respectivos pedestales, realizados por el propio Cortés, ya que se contraponen las formas circulares o curvilíneas con los ángulos rectos de las peanas. «Creo que es algo inconsciente, pero funciona bien», asegura Cortés quien añade que «es ahí donde entra la intuición y la experiencia», al igual que en el momento de saber «cuándo está acabada una pieza o si sirve o no».

Por último, para Cortés las obras dicen todo lo que tienen que decir, pero lo que sienta la gente al verlas es «cosa de cada uno». Lo único que él pretende, eso sí, «es que haya emoción».