Delphine Seyrig protagoniza ‘Jeanne Dielman’, la cinta de Chantal Akerman elegida como la mejor de la historia.

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Cada diez años, la revista Sight & Sound encarga una lista de las mejores películas de la historia. Durante 50 años ha habido un ganador indiscutible, Ciudadano Kane, de Orson Welles, quien llegó a la cima en 1962 y no bajó de ahí hasta la encuesta de 2012, cuando Vértigo, de Alfred Hitchcock, la destronó. Por ello, la emoción de este año estaba servida: ¿volvería Welles a lo más alto, se mantendría Hitchcock o saltaría la sorpresa? Los rumores corrían por el mundo del cine, como en una carrera de caballos, anunciando que llegaba alguien de tapadillo, una mujer, y más que sorpresa iba a haber un auténtico sorpresón. Y no fallaron.

Chantal Akerman, directora belga fallecida en 2015, era proclamada la autora de la mejor película de todos los tiempos: Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles, cinta de 1975 que no había aparecido en las    listas antes. El hecho de duplicar los votantes en la encuesta de este año es una causa. La idea era dar a conocer nuevas cintas y directores, pero se ha desatado una polémica algo gratuita sobre si estas listas sirven para lo que pretenden y hasta qué punto están imbuidas de aspectos extracinematográficos.

Para Sandra Lipski, directora del Evolution! MallorcaInternational Film Festival, la respuesta es clara: «No considero que Jeanne Dielman sea la mejor película de la historia, aunque pueda apreciar la visión de Akerman». Apesar de ello, «estas listas son una gran guía para saber por dónde empezar a conectar con un tema nuevo».

A su juicio, Sight &Sound «ha querido modernizarse demasiado deprisa y han sorprendido a su público con resultados a los que no están acostumbrados». Por ello, la lista ha dado cabida a más jóvenes votantes, «que creo que son los que han influido porque hay un cambio de perspectiva». En cualquier caso, para Lipski «lo que hace buena a una película es su historia, pero no creo que sea posible elegir la mejor porque es algo personal».

«Es absurdo»

Por su parte, para Javier Matesanz, crítico de este diario, «los gustos son subjetivos por lo que estas listas    están bien para generar conversaciones, pero no veo sentido a polemizar». En esta línea, «es absurdo» ya que «a lo mejor la de Ackerman no es la que más me gusta de la historia del cine, pero eso no significa que no pueda parecérselo a alguien más ni que sea buenísima».

Además, para el crítico «es posible elegir la mejor, pero cada uno tendrá su criterio y no habrá consenso». De modo que más que una única mejor película habría tantas como personas elaborando listas. En cualquier caso, destaca que «esto no es una competición, el arte es crear». Por último, para Matesanz «estas listas tienen sentido «si generan debate», pero no son definitivas.

En cuanto a JaumeRipoll, fundador de Filmin y director del Atlàntida Mallorca Film Festival, todo es un debate estéril. Para él, «estas listas no deben interpertarse para generar un canon, sino para descubrir cosas y animar a que cada uno haga su propia lista», de modo que se pueda «descubrir a los cinéfilos de hoy y de mañana la obra de Ackerman para los que no la conozcan». En líneas generales, «las listas como estas se adaptan a los tiempos que les corresponden», por lo que «cambian y mutan y más allá de cuestionarlas deberíamos celebrar que existan» películas como la de Chantal Ackerman.

Por último, la cineasta y delegada de CIMA en Mallorca, Victòria Morell, comparte que es «muy personal» elegir la mejor película y que depende «del contexto y la experiencia vital». Por ello, «no existe la mejor película del mundo» por lo que la lista «es más un termómetro para medir el estado y los referentes». En este sentido, cree que «donde hay que poner el foco no es en el resultado en sí» sino en «por qué una película independiente, admirada y valorada por el público ha generado tanto revuelo». «La pérdida de privilegios duele», valora la cineasta.

Asimismo, para Morell «lo que realmente molesta es que las mujeres, tradicionalmente apartadas y precarizadas en la industria, empiecen a posicionarse y superar a los hombres». Esto se debe al «cambio de paradigma» que se está dando y que se logra «ampliando la comunidad de votantes», ya que «se muestra una mayor realidad».