Marina Rueda y Eugenia Sampedro, esta mañana en Palma. | Pere Bota

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El ConoFest echa a andar tarde, a las 20:30 horas, en la Sala Rívoli de Palma y lo hace a través de la mirada rompedora de dos cineastas mallorquinas, Eugenia Sampedro y Marina Rueda, quienes presentan cada una su proyecto personal, Un diumenge qualsevol y Qui sent música, respectivamente. El acto inaugural será presentado por Vicka Durán, directora del ConoFest, y contará con la presencia de Neus Cortés, además de la actuación de Blanca Paloma, entre otros nombres de cineastas como Aitana Ahrens, Sarah Carlot, Núria Libertad, Núria Muñoz, Carmen Córdoba, Raúl de la Fuente y Amaia Ramírez.

Las mallorquinas presentarán sus títulos, cada uno reflejando una mirada personal sobre dos temáticas inquietantes: las relaciones abiertas del mismo género, en el caso de Sampedro, y la muerte de un ser querido cercano, en el caso de Rueda.

Un diumenge qualsevol es el cortometraje de Sampedro y que ya fue estrenado en el Evolution! Mallorca International Film Festival en octubre. «Para mí, que se proyecte, sea donde sea, es siempre un regalo», detalla la joven cineasta quien añade: «Pero que sea en el Rívoli me apetece mucho porque es de los cines, junto con el Cituat, a los que más voy».

Según ella, su filme «encaja mucho en el ConoFest» porque «es el día a día de jóvenes de hoy, al menos de nuestra generación». De hecho, según las impresiones de algunas personas que ya lo han podido ver, le dicen que «el corto es la perspectiva del futuro de estas relaciones», en las que una de las dos personas de la pareja no lleva tan bien como la otra que la relación sea tan abierta. «Hay mucha opinión de que no puede funcionar, pero me generaba muchas dudas y mi idea era despejar ese interrogante».

A su vez, Sampedro extrae la lectura de que «a partir de ahora voy a hacer cine que me inquiete y genere dudas» con la idea de poner en valor «las cosas que sentimos las mujeres» en su cine.
En cuanto a Rueda, que presenta Qui sent música, su principal aprendizaje es que «hacer cine no tiene por qué tener un gran equipo detrás y también puede ser una herramienta para sacar lo que sientes y servir como autoayuda». Para ella, además, también ha jugado un rol importante ya que «gracias a ello soy un poco más quién soy ahora».

Su cinta, que tiene un componente a medio camino entre el cine casero y el documental, se fija en su propia visión de la muerte canalizada a través del fallecimiento de su hermana melliza, Magda. Es por esta razón que para ella «es muy emocionante que se proyecte aquí en la Isla porque es muy íntimo y toda mi familia puede venir a verlo».

De hecho, ella misma confiesa que «el corto salió casi sin querer», porque «iba mucho al cementerio y hablaba con mi amigo Pol (S. Mas, el editor de la cinta) de la poca gente que iba por allí» y de cómo muchas tumbas parecían abandonadas. «Es mi propia reflexión», señala. Entre una cosa y otra, finalmente se decidió a utilizar el metraje y darle un sentido artístico y personal.

Son temáticas diferentes, pero es común la visión joven y fresca de la realidad y de temáticas que «temas que ya se han tratado, pero a los que damos una visión diferente», la que pertenece no solo a una generación distinta, capaz de romper tabúes, sino también por ser una perspectiva femenina, aunque sea una etiqueta difusa y difícil de definir. No obstante, más allá de las posibles conexiones entre los cortometrajes, tanto Rueda como Sampedro sí comparten la voluntad de hacer cine y, además, «de hacerlo aquí», por lo que reclaman algo básico: «Que crean en nosotras y nos dejen crear».

El Rívoli acoge la inauguración del festival esta noche, a partir de las 20:30 horas, mientras que mañana continúa en la Sala Augusta a partir de la misma hora con un nuevo cartel de sección oficial repleto de nuevos cortometrajes, además de un festival de comedia de Mar Coll.