Sandra Arroyo, Alfredo Millán, Guiem Juaneda, Jeroni Obrador, Magdalena Sbert, Llorenç Garrit, Cristina Francioli, Joan Vidal y Albert Iglesias Aulet. | Joan Vidal

TW
1

Desde que murió Xesc Forteza [en 1999], la comedia mallorquina ha caído en el olvido de los profesionales, son los amateurs los que la defienden. Y es una pena», sentencia el dramaturgo y director Jeroni Obrador, que este viernes, a las 20.00 horas, estrena en el Teatre Principal de Santanyí, su pueblo natal, Bertoldino. Precisamente, el montaje se basa en una comedia mallorquina escrita por Mossèn Miquel Clar que a su vez se inspira en el cuento de Julio César Croce, fechado en 1600.

«En todos estos siglos ha sido representada por buena parte de los teatros e incluso se han hecho películas», asegura Obrador, quien le ha dado una vuelta de tuerca y la ha trasladado a la actualidad con la mezcla de diferentes lenguajes y formatos: cómic e ilustración, a cargo del artista Llorenç Garrit, y teatro de sombras y máscaras. De esto último se ha encargado el escultor Albert Iglesias. En el montaje participan los actores Guiem Juaneda, Magdalena Sbert y Cristina Francioli. Sandra Arroyo (vestuario), Alfredo Millán (asesor de creación e interpretación), Joan Vidal (audiovisuales), Blanca Alonso (escenografía) y Francesca Alomar (ayudante de producción) completan el equipo.

Gira

Después de representarla en Santanyí este viernes y sábado, la pieza, producida por Tshock Cultura Emocional, comenzará una gira por diferentes localidades de la Isla, como Selva, Campos, Felanitx, Santa Margalida, Algaida, Sant Joan y Marratxí, entre otras localidades.
«La comedia mallorquina es la base de esta obra, aunque no deja de ser contemporánea. La pieza bebe del mundo del cómic mediante proyecciones de ilustraciones de Llorenç Garrit, como si se tratara de una viñeta en la que actúan los intérpretes. También podría considerarse un teatro de sombras y con máscaras», detalla el autor y director, «sin olvidar tampoco las rondalles».

Así pues, la propuesta es una «evolución de la comedia mallorquina» que parte de la «investigación» de sus propias raíces mediterráneas y de la «estructura de la comedia del arte». «Si el flamenco puede evolucionar, ¿por qué no la comedia mallorquina? He querido experimentar, aunque el resultado es un montaje comercial y para todos los públicos».

Rey

Bertoldino cuenta la historia de un rey infeliz enganchado a la consola y a las redes sociales que controla a sus seguidores haciendo retransmisiones en vivo. Será gracias al aspirante a conseller, Bertoldino, que descubrirá en la naturaleza el juego y la amistad en un mundo más luminoso que sus pantallas.

De esta manera, Obrador plantea un «toque de atención» de la sociedad actual en la que vivimos a partir del «juego entre el mundo real y el virtual».
«Es una obra de teatro familiar que entronca con todos los públicos y a la vez se hace imprescindible para entender de dónde viene nuestra manera de hacer teatro y crear cuentos, un texto que es testimonio de una evolución cultural y ancestral», concluye.