Un momento de la rueda de prensa de esta mañana con Quílez y Cervantes. | Emilio Queirolo

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Pilar Palomero es el nombre detrás de La Maternal. Con ese debería ser suficiente, ya que la autora se consagró con su anterior y primera cinta, Las niñas, que logró dos Goyas, incluido Mejor Película. A pesar de ello, si aún hay dudas sobre si verla mañana por la noche –o más adelante– en la clausura del Evolution!, sepan que Carla Quílez y Ángela Cervantes son la tierna alma de la película y allí estarán. El dúo actoral estuvo la mañana de este lunes en el Portitxol Hotel desde donde Cervantes dejó claro que «la película es Carla y ella era la más importante a la hora de hacer el cásting». La propia Quílez narró que la contactaron por Instagram y que tuvo dudas al principio, pero no se arrepiente. Eso sí, «no me leí el guion y, de hecho, todavía no lo he hecho», confiesa la intérprete que se estrena con este papel.

Se logró así una naturalidad que encaja con las de otras de las actrices, algunas de ellas madres adolescentes en la vida real, que cuentan esta historia sobre una joven de 14 años que ingresa en un centro para progenitoras menores de edad. Quílez, en cualquier caso, recalcó que «aunque sean personajes reales sí han hecho un papel de actuación porque han tenido que volver a cuando tenían 14 años y ese trabajo está hecho por su parte». Cervantes, por su parte, no negó que «me abrumó un poco» la historia por ser algo tan alejado a ella, pero «tranquila porque sabía que llegaríamos adonde teníamos que llegar». El resultado es un filme que pone sobre la mesa tabúes y debates necesarios.

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Las intérpretes Carla Quílez y Ángela Cervantes, esta mañana en la presentación.

Quílez también destacó que algo de presión notó por ser «mi primer trabajo y no solo como actriz», y al saber que «todo girana en torno a mí», pero a pesar de ello «me sentí supercómoda y todo ha sido muy familiar». Algo que corrobora Cervantes quien habla del «vínculo» que se ha generado entre todas las actrices. También hablaron ambas de la importancia de contar esta historia de madres adolescentes y de que se hable de ello. «Muchas nos han dado las gracias por hacer la película porque es un tema que les cuesta y ha sido como un proceso de liberación». Sobre el proceso de rodaje también contaron alguna anécdota, como que algunos de los bebés con los que se contaba en las escenas «no habían nacido todavía», lo que «hizo el tema del cásting de los bebés algo divertido y curioso».