Parte del equipo y el elenco de ‘Orfeo’, que se estrena este viernes en el Principal de Palma. | Jaume Morey

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El Teatre Principal de Palma abre este viernes, a las 20.00 horas, su XXXVII Temporada d’Òpera con L’Orfeo, de Claudio Monteverdi. Será un estreno doble, pues, según detallaron ayer en rueda de prensa, es una ópera que se estrenó en 1607 en la ciudad italiana de Mantua y que, hasta ahora, no se había podido ver en Mallorca de forma «íntegra y escenificada». A parte del viernes, también habrá una función el domingo, a las 18.00 horas.

Otro elemento que hace que esta representación sea especial es que, en palabras de Josep R. Cerdà, director del Principal, la «mezcla» del «mejor equipo internacional» con grandes solistas mallorquines. Así, en el elenco figuran Mauro Borgioni, Irene Mas, Carmen Romeu, Anna Bonitatibus, Alberto Miguélez Rouco, Nicolas Brooymans, Jérôme Varnier, María Caballero, Vega Escribano y Joan Martín Royo, entre otros. Además, contará con la participación de la Orquestra Simfònica y el Cor del Teatre Principal. Yves Lenoir y Federico Maria Sardelli firman la dirección escénica y musical, respectivamente. El equipo artístico se completa con la escenografía de Céline Perrigon, el vestuario de Maria La Rocca, la coreografía de Ëmilie Brégougnon y la iluminación de Víctor Egea.

Combinación

La combinación de artistas también se produce en el foso de la Sala Gran, donde músicos titulares de la Simfònica comparten partitura con músicos especializados en música barroca. Y es que uno de los grandes atractivos de L’Orfeo es, según destacaron ayer, la posibilidad, muy poco habitual en la Isla, de escuchar y ver instrumentos barrocos como la viola de gamba, el archilaúd o el clavicémbalo.
En este sentido, Sardelli, director musical de esta producción y especialista en música barroca y renacentista, detalló que «siempre es un reto combinar los instrumentos clásicos con los barrocos y aquí hemos superado ese reto».

Sardelli, que definió el montaje como un «caleidoscopio de voces», señaló que esta obra es considerada la primera ópera de la historia «no porque sea la primera en orden cronológico, sino porque es la primera que tiene una estructura de ópera». Por su parte, Lenoir, director de escena, contó que «escribí mi puesta en escena alrededor de Orfeo como una biografía. Me lo imaginé en una habitación de hotel que podría ser una de las habitaciones del hotel Chelsea, como si Orfeo hubiera precedido los Dylan, Cohen y Sid Vicious que también vivieron allí. De esta manera, nos invitan a compartir la intimidad y la vida interior de un artista lleno de momentos exaltados y de introspección en los que todo parece colapsarse».