El compositor inglés Nick Lowe posó para esta entrevista este viernes en las afueras de Palma.  | Teresa Ayuga

TW
2

La carrera de Nick Lowe supone un ejemplo de varias cosas. Por un lado, la perseverancia y constancia de un músico de vieja escuela, de guitarra al hombro que prefiere, al menos ahora, tocar siempre ante el público. Pero también es paradigma de que los éxitos no van necesariamente asociados a la persona. El New York Times dijo de él que era menos conocidos que sus propios temas, algo que lleva con orgullo y emblema de que «algo bueno he hecho». A sus 73 años, Lowe sigue en la carretera, y este sábado toca en el Auditori d’Alcúdia, donde ofrece un acústico a las 20.00 horas marca de la casa, o sea, sencillo y de armonías brillantes y optimistas. La cita forma parte del 15 aniversario de Rudy Sessions.

Recién bajado del avión, en el bar del Atlético Balears, club del cual se ha hecho socio, es donde Lowe nos recibe con la expresión del chaval que va a su primer concierto. «Es la primera vez que vengo a Mallorca y estoy un poco avergonzado, pero tuve que mirar dónde estaba», confiesa con buen humor.Se lo perdonamos a quien no solo ha recorrido el mundo, sino que lo ha llenado con sus temas. Cruel to be kind es uno de los que más fuerte pegaron y en España lo repopularizó el ‘triunfito’ Naím Thomas, cuya versión Lowe escuchó y asegura que le «gustó mucho y me encanta que cualquiera haga covers de mis temas, pero prefiero que las hagan lo más diferente posible a las mías».

En cualquier caso, versionar es «una manera de mantener vivas esas canciones y de que lleguen a nuevo público. Yo tengo la suerte de que he escrito muchos temas que luego se han versionado», pero también «me gusta hacerlo a mí y cuando oigo una cover muy buena digo: ¡Eso lo podría hacer yo!, así que me pongo a ello hasta que parece que yo he escrito el tema». Curiosamente, hace lo opuesto con sus propias creaciones: «No necesito estar en el piano para componer, sino que puedo hacerlo paseando el perro o conduciendo, pero cuando tenga una idea la dejo madurar lo suficiente hasta que me parece que no la he escrito yo, al contrario que con las versiones».

Otro de sus temas sonados, (What’s so funny ‘bout)Love, Peace and Understanding, versionado cientos de veces y popularizado por Elvis Costello, otro miembro de la new wave      y del pub rock como Lowe. Su parecer es que se siente muy «afortunado de poder decir que aunque he hecho muchas canciones olvidables, tengo algunas buenas, unas cuentas muy buenas y, de estas últimas, unas pocas geniales, aunque no diré cuáles». El resultado es el mismo: «Lo maravilloso es tocar ante la gente y ver cómo se les ilumina la cara o se emocionan, eso es realmente algo diferente a cualquier otra cosa». Eso es lo que espera lograr hoy y, de hecho, también conseguir atraer «un público muy diverso, con gente joven y mayores» porque él mismo se da cuenta de que «mis seguidores son tan viejos como yo, y eso es algo espantoso», bromea.

Reinvención

«Hace años acepté me propuse ser un artista pop, pero más mayor de lo normal, porque antes el pop iba reñido con la edad, aunque ahora no tanto, mira a Madona, por ejemplo», asegura Lowe quien también confiesa que tuvo el privilegio de poder «escoger» no solo el tipo de canción, sino el tipo de concierto: «Intenté reinventarme porque me di cuenta de que la gente se cansaba de mí y yo también porque no había hecho nada que fuera fantástico». Él sabía que no gustaría a todos, pero también que «encontraría un nuevo público». Además, y por si todo esto no fuera suficiente, una razón mucho más prosaica: «Soy vago y sabía que no aguantaría el nivel del éxito, así que no quise hacer grandes giras ni tocar en estadios enormes. Prefiero un público pequeño que me entienda». Eso sí, esa audiencia que sea «lo más variada posible, porque he tocado en bandas a las que solo venían hombres a vernos y no son el mejor juez en música».