Sara, hija de Rodney, leyendo en uno de los espacios de la librería. | Jaume Morey

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Entrar en esta librería es como adentrarse en un laberinto sin salida. Son tres plantas repletas de libros de todo tipo, incluso de coleccionista, mezclados con obras de arte y mobiliario antiguo. La historia de English Fine Books se podría trasladar a la gran pantalla.

Rodney J. Browne es el hombre detrás del negocio que empezó hace 40 años en Bournemouth (Inglaterra). Sin perder ningún libro durante la mudanza, se instaló en Mallorca hace 14 años y ahora, contra su voluntad, cierra las puertas de este peculiar refugio debido a su avanzada edad, 78 años, y un problema grave de salud. Su hija, Sara Jane Browne, pondrá a liquidación todos los artículos durante la semana del 10 de octubre.   

«Dentro de su desorden, hay orden. Mi padre siempre ha intuido dónde estaba cada libro. Él sabía incluso cuáles se habían vendido. Los libros son su vida», relata Sara Jane, quien, triste por la decisión, es consciente de que no puede hacerse cargo de la librería, pero ayudará a su padre a vaciar el espacio. Calcula que hay más de 100.000 obras que ahora buscan un nuevo refugio. «Mi padre se habrá leído solo tres o cuatro obras en su vida. No le gusta leer, pero sabe de libros más que nadie, sus autores, cada historia», cuenta.

Rodney Browne en la entrada de la libraría.

Rodney nació en Londres. Empezó a recopilar textos de segunda mano cuando era muy joven. Los vendía desde el maletero de su coche hasta que consiguió un local. Se ha movido por distintas ciudades inglesas y su mejor arma siempre ha sido el olfato: es capaz de buscar auténticas reliquias. Se ha movido bien por este mercado. Una vez instalado en Mallorca, su primer espacio lo tuvo en la plaza Sant Francesc. Y hasta ahora, en la calle Morei, 7.

Sara sostiene una imagen de Rodney Browne con el músico Ronnie Wood.

Anécdotas

«Han pasado cosas muy anecdóticas en esta librería», relata Sara Jane. Ronnie Wood, miembro de The Rolling Stone, ha visitado English Fine Books en varias ocasiones. El propietario, Rodney, tiene una foto junto a él. Orgulloso de ello, la imagen decora la entrada del local. Su hija prosigue con las anécdotas:«Hace poco, un alemán vino y se gastó 2.000 euros en libros antiguos. Quería una decoración y estilo muy concreto porque no eran para leer, sino para adornar la casa que reformaba», asegura. También se sabe que el hijo de Robert Graves era otro asiduo a la librería, o que    Rodney conserva otros tantos autógrafos de gente famosa. Una de las peculiaridades más características del propietario es que «tiene mucha manía a la gente que entra con mochila. Mi padre es un personaje. O es majo para la gente o un cascarrabias». Para él, lo libros de segunda mano son como una «adicción» que no ha podido dejar en estos 40 años. «Mi padre mira todo, es como ir en busca del tesoro», añade Sara.

El tipo de público que ha caracterizado a English Fine Books es el extranjero, aunque también acuden profesionales del gremio. La gran mayoría de los libros son en inglés, pero también los hay en alemán, español y cualquier otro idioma. Uno puede encontrar aquí todo lo que se imagina, de lo más rocambolesco a lo más actual. Rodney Browne tendrá ahora que cerrar el capítulo más difícil de su vida. Sara confiesa que ningún familiar podrá continuar con el negocio. «Yo soy psicóloga y no tengo tiempo para dedicarme a ello, tengo mi vida. Y mis hijos están estudiando», explica.

La idea que plantean es poner los libros a un precio asequible en una jornada de puertas abiertas que será del día 10 al 15 de octubre. La librería no solo es la guarida de las historias sobre el papel, también ha sido escenario de varias películas de cine y anuncios publicitarios. Rodney es un nombre querido en el barrio. Le gusta el cricket y el tenis y esporádicamente visitaba su Inglaterra natal. Sara confiesa que la idea de despedir el local ha sido muy chocante para él, pero Rodney ya no tiene edad y, además, tiene una enfermedad que pasar. Ya se ha despedido de sus libros.