La cinta busca ser lo más realista posible y por ello se usa el plano secuencia.

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Era la más festiva de las arenas, era la más fúnebre de las playas. Podría ser un buen prólogo para Zama, el cortometraje dirigido por Miguel Ángel Marqués que recrea los primeros minutos de un inmigrante en costas europeas y que está dando la vuelta al mundo. Producido entre Baldulfa Films y Toni Bestard PC, Zama está siendo distribuida por Selected Films que ya la ha llevado a más de 20 festivales de cine alrededor del globo y pasará por el GUFA de Japón y el SomCinema deLleida en las próximas semanas, además del Evolution Film Fest de Mallorca, donde ya pudo verse gracias a su estreno en IB3, el pasado sábado 17.

Todo empezó como el trabajo final de carrera de Marqués, estudiante de la escuela EDIB, y rompiendo una regla básica: «Siempre te dicen que escribas de lo que sabes, pero yo no sabía de esto». Lo que hizo, pues, fue reescribir esa norma: «Me informé hasta que supe del tema y pude escribir sobre ello». Con ese motivo, Marqués fue «a asociaciones de inmigrantes, hablé con gente, vi qué protocolos tenía la policía, etcétera». Todo para poder ser fiel a «las muchas historias reales en las que se basa el cortometraje».

Se trata de un intento de dar nombre y apellidos a los muchos casos de inmigrantes que llegan y que solo aparecen en las noticias como números impersonales.

Para el cineasta, de hecho, es un tema «algo cercano porque tengo amigos que han pasado por esta situación y quería contar la historia de alguien con nombre y apellidos, en lugar de como se hace habitualmente como si solo fueran números al oír noticias como: han llegado tantos inmigrantes, han muerto tantos, etcétera». Por oposición a esa frialdad, el corto nos sumerge de lleno en la perspectiva de Zama y de sus primeros nueve minutos en tierras europeas a través de un plano secuencia, una dificultad técnica que Marqués domina y que «además de atractivo, hace que el espectador empatice muy fuertemente con el personaje, que era nuestro máximo reto».

En cuanto al reparto, Jonathan Bella Luto se pone en la piel de Zama, mientras que Toni Pons y David Ordinas son los policías que le reciben. De hecho, Marqués confiesa que «Ordinas fue el que más me sorprendió porque yo le veía mucho potencial para un papel dramático, pero siempre le vemos en tono cómico, y lo hizo espectacularmente bien».

Jonathan Bella Luto es el actor que se pone en la piel de Zama, quien llega a tierra firme y un plano secuencia narra sus primeros minutos en la costa.

Respeto

También alaba Marqués la entrada del cineasta Toni Bestard en la producción, «dándonos un salto y una profesionalización inmediatos y respetando mi papel de director, dándome consejos e ideas que a veces aceptaba y a veces no». Además, según Marqués, «creo que Bestard ha quedado satisfecho de haber tomado la decisión de confiar en mí» .

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Miki Marqués, en una imagen reciente. Foto: JAUME MOREY

Entre otras muchas cosas, el corto también refleja esa dualidad entre «el primer mundo y el tercero», con un contraste obvio que se genera al ver los hoteles que rodean la playa o con una escena en la que un niño, interpretado por el actor Dylan Torrell, juega en un lugar que «por la mañana es un paraíso cuando la noche anterior fue el infierno para otros», destaca. A pesar de todo, «no hay que tratar de tonto al público, sino que quiero dejar un mensaje y que sean ellos que reaccionen como quieran».