La cineasta y actriz germana Leni Riefenstahl, directora de ‘El triunfo de la voluntad’. | JIM PRINGLE

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Leni Riefenstahl (Berlín, 1902-Pöcking, 2003) fue una personalidad durante la Alemania nazi y una de las directoras más importantes de la historia del cine. Suya es la cinta El triunfo de la voluntad, de 1935, que supuso una nueva forma de hacer cine y de unirlo con la propaganda de Joseph Goebbels, quien la describe personalmente en sus diarios como «la única artista que nos comprende». No obstante, su filme más controvertido sería Tiefland, que acabaría estrenándose en 1954 tras años custodiado por los franceses con una historia tan polémica como letal y que se remonta a la Mallorca republicana de 1934.

Tiefland es una ópera de Eugen d’Albert y es, a su vez, una adaptación de la conocida obra de Àngel Guimerà Terra Baixa. Fue la productora Terra la que llamó a la directora para ofrecerle no solo la dirección, sino también el protagonismo de la cinta con el papel de Martha, la mujer por la que luchanPedro, el pastor que encarna el bien, y don Sebastián, que encarna el mal. Riefenstahl narra en su biografía que le interesó el proyecto y le ofrecieron «una gran cantidad de control creativo y en la organización», por lo que decidieron una coproducción.

son torrella santa maria

Imagen panorámica de la finca de Son Torrella, a los pies de la Serra.  Foto: A. S.

El rodaje iba a ser en España y esto, eventualmente, la acabó llevando a Mallorca, donde según relata se hospedó en el Hotel Formentor, «que acababa de abrir», y buscando localizaciones acabó en la finca de Son Torrella, casa del siglo XV a los pies de la Serra y propiedad de Alan Hillgarth, vicecónsul británico en la Isla en ese momento. Allí, Riefenstahl presumiblemente rodó algunas escenas de lo que sería su versión de TerraBaixa, pero era el principio del final de esta producción porque la empresa, Terra, se arruinaría y ella misma sufriría un colapso nervioso ante el cual decidiría descansar un tiempo en el mencionado Hotel Formentor.

Oportunidad

El propio Goebbels explica en sus propios diarios este episodio así como los «numerosos problemas» que estaba sufriendo Tiefland, con «cinco millones de marcos gastados». Fue en este momento cuando con la cinta ya en un paréntesis casi definitivo, surgió el interés del propio Hitler para que Riefenstahl dirigiera «la próxima película del partido Nazi», que ella había encargado a Walter Ruttmann mientras ella rodaba Tiefland. Finalmente sería ella quien acabaría creando El triunfo de la voluntad, obra cumbre del cine. Tiefland se acabaría haciendo en los 40 y en su producción se usarían decenas de personas de etnia gitana reclutadas en campos de concentración. Tras su trabajo en el filme serían devueltos a los campos y muchos de ellos fueron deportados y ejecutados en Auschwitz, lo que provocó que con el tiempo se acusara a Riefenstahl de colaboracionista.