El realizador, que cuenta la historia personal de su abuelo en el filme, durante el rodaje. | Carles Domènec

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Empieza la jornada de rodaje temprano con un viaje en coche de 75 kilómetros, desde la ciudad costera de Alhucemas a la pequeña población interior y montañosa de Targuist, en el norte de Marruecos. Es el mismo trayecto que Miquel Rayó hizo en mayo de 1942 como soldado. En esa ocasión, las condiciones nada tuvieron que ver con las comodidades de la furgoneta Mercedes en la que viaja el realizador Miquel Àngel Raió (Inca, 1973), nieto del primero y director de la película documental La boca blava, cuyo rodaje acaba de terminar.

«La película cuenta la historia de mi abuelo, que llegó a África para realizar el servicio militar y una serie de circunstancias muy desafortunadas le forzaron a luchar en la División Azul contra los rusos», desveló Raió, quien asumió que «las experiencias vividas por mi abuelo fueron una aventura humana colosal ya que vio, con veinte años, cosas que nunca había imaginado que vería y quedó impactado por esa vivencia toda su vida».

En 1942, Miquel Rayó era un soldado veinteañero que llegó a Targuist después de zarpar desde Palma en el vapor correo Rey Jaime I, tomar varios trenes hasta Málaga, embarcarse en el vapor Jacinto Verdaguer dirección a Melilla y en el barco Castillo Jarandilla en dirección a Villa Sanjurjo y, finalmente, circular en un camión militar desde Alhucemas. «En Targuist, fui destinado a la compañía de ametralladoras del primer batallón del regimiento de Infantería de montaña número 63, división 52», cita el protagonista en su diario, libro al que su nieto tuvo acceso poco después de la muerte en Inca de su abuelo, en el año 2012.

Un momento de la realización de ‘La boca blava’, de Miquel Àngel Raió, en Marrucos.

Dietario

En realidad, ese dietario es el hilo conductor de la película, rodada como road movie. El realizador se ha inventado el personaje de una nieta, que interpreta Conchi Almeda, que lee fragmentos del diario en los lugares donde éste fue escrito. «Soy el alter ego de Miquel Àngel, su auténtico nieto, que quería estar detrás de la cámara y prefería que fuera mi voz la que narrara lo que hay en el dietario», explicó la intérprete, quien precisó que «ella observa los lugares por donde pasó el protagonista e intenta imaginar lo que sucedió, reviviendo y descubriendo sus vivencias».

En Marruecos, con base en Alhucemas y durante una semana, el pequeño equipo de rodaje (cuatro personas) de La boca blava visitó, en Targuist, el pantano donde el soldado lavaba su ropa. El diario, que incluye poemas de su autor, describe así la visita al embalse: ‘Hemos ido a lavarnos, está a 500 metros del cuartel y, después, a pesar de la prohibición de salir, he visitado el pueblecito y el zoco moro, lo he comparado al Jueves de Inca, los higos saben al agradable sabor de los mallorquines’.

La actriz Conchi Almeda es la protagonista de ‘La boca blava’.

En el cuartel, la vida fue muy dura para Miquel, tanto que para poder escapar de Targuist, donde llegó a ser encarcelado, se alistó a la División Azul, en el lado del ejército alemán para luchar contra los rusos durante la Segunda Guerra Mundial, donde sobrevivió a una muerte anunciada y vivió, cerca de San Petersburgo, unos hechos que le marcaron. Otro punto del rodaje en Marruecos fueron las colinas de Annual, donde el verano de 1921 miles de soldados españoles murieron a manos de las tropas que dirigía Abd el-Krim. El pasado invierno, el equipo se desplazó a Rusia. La película incluirá planos tomados en Riga (Letonia) y Mallorca.

Super 8

Raió ha grabado en digital y ha empleado también una cámara de película Super 8 mm, para evocar los recuerdos del abuelo con una perspectiva más poética. Al terminar la guerra, regresó a Inca, se casó con la novia con la que se carteaba en Targuist, y llegó a jefe de la sección de Inca en Gesa. «He llegado a entender mucho mejor a mi abuelo durante este rodaje», declaró el director, quien apuntó que «durante sus últimos años, ya con demencia avanzada, de las pocas cosas que recordaba eran los combates y los bombardeos; a veces, se echaba al suelo».

En la producción participa IB3 y cuenta con el apoyo del Consell de Mallorca y del Institut d’Indústries Culturals de Balears (ICIB) del Govern. En los próximos meses, la película pasará a la fase montaje y se prevé que estará acabada el próximo mes de abril.