José Hila, Vicenç Thomàs, Francina Armengol, Isabelle Huppert, la Reina, Jaume Ripoll, Aina Calvo y Catalina Cladera. | M. À. Cañellas

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El poder de atracción del séptimo arte no tiene límites. El Atlàntida Mallorca Film Fest 2022 despidió este domingo una edición «histórica», en palabras de su director, Jaume Ripoll, en la que ha batido todos sus récords, con más de 17.000 asistentes a una semana llena de proyecciones, conciertos y conferencias. Un broche de oro perfecto que se materializó anoche con una gala de clausura presidida por la reina Letizia en el patio del Centre Cultural La Misericòrdia, en Palma. Su Majestad estuvo arropada por las principales autoridades de la Isla, con la presidenta Francina Armengol al frente, y el ministro de Cultura, Miquel Iceta.

En la ceremonia se proyectó el filme El falsificador, del cineasta Kike Maíllo –acompañado por su protagonista, el enigmático Oswald Aulestia Bach–, mientras que doña Letizia, en el que fue su primer acto público durante su estancia en Mallorca, entregó el premio Masters of Cinema a una de las grandes damas del cine francés, Isabelle Huppert, candidata al Oscar en 2017 por su trabajo en Elle, de Paul Verhoeven, y que ostenta infinidad de galardones de peso como el César o los Globos de Oro, y en festivales como Cannes, Venecia o San Sebastián. Junto a la Reina sobre el escenario estaban la presidenta Armengol; el ministro Iceta; la presidenta del Consell, Catalina Caldera, y el propio Ripoll.

«Moltes gràcies!», expresó Huppert en un «mallorquín» impecable tras recoger el premio. En su discurso intercaló el castellano, el inglés y el francés, y lo primero que hizo fue dar las «gracias a su Majestad por su apoyo al cine». Después, agradeció a Jaume Ripoll «haberme entregado este premio de un festival tan particular y especial que da a conocer el cine del futuro, porque el cine necesita que miremos al futuro, pero también al pasado para no olvidar; sin duda necesitamos mirar hacia adelante para tener esperanza y este festival, con la calidad de sus películas, apoya el talento y el cine del mañana».

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«La mejor edición»

Antes, Jaume Ripoll tomó el escenario y celebró una edición «histórica del Atlàntida», la «mejor», sentenció. El responsable del certamen remarcó el hecho de que «lo fácil hubiera sido no hacer este festival en verano, hacerlo en solo dos sedes y no siete, o proyectar películas comerciales». También dio las gracias a la Reina por su presencia en la clausura, «es un honor que esté aquí», pero, sobre todo, «al público, sin vosotros no sería posible».

En el transcurso de la gala de clausura también se hizo entrega de los premios de la Sección Oficial del festival, una de las novedades de este año. El galardón a la mejor película, dotado con 10.000 euros, recayó en la cinta francesa Softie, de Samuel Theis; y el jurado –integrado por Leticia Dolera, Eneko Sagardoy, Nacho Vigalondo, Mateu Bibiloni, Paula Martín y Sophi Burgüer– concedió una mención especial al filme español Juscqu’ici tout va, de Francesc Cuéllar. Además, el premio del público fue para Soul of beast, del cineasta Lorenz Merz, mientras que la crítica premió a Bruno Reidal, confesión de un asesino, del realizador Vincent Le Port.