La plaza del MACBA, en Barcelona, bulle cada día con la presencia de jóvenes.

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El documental Fail Better aterriza en el Atlàntida Mallorca Film Fest y su directora. Se trata de una auténtica carta de amor a los jóvenes que han «dado sentido» a la Plaça dels Àngels de Barcelona, ubicada frente al Museu d'Art Contemporani de la ciudad (MACBA) y cuyos detalles desgrana para este diario su directora, Eva Garrido. El contexto del documental es el siguiente: un espacio abierto que «no invita» ni es nada «acogedor» que se creó para que el edificio de Richard Meier resaltara más.

Se trata de la plaza del MACBA, un lugar de paso, algo desangelado incluso, a pesar de su nombre oficial, si no fuera porque los jóvenes de la zona lo han convertido en su «hogar», un particular «ágora», como explica la directora del documental, Garrido, en la que «no juzgan ni son juzgados» y donde «hacen lo que les gusta», ya sea skateboarding, practicar baile, pintar, tocar música o, simplemente, «tener su lugar en el mundo». Garrido, que lleva «yendo hace muchísimos años» y se considera «la prueba fehaciente de que por allí hay todo tipo de gente», defiende el ambiente y la energía que los chicos y chicas que pueblan la plaza le impregnan. «Es un espacio que si estás solo, rápidamente dejas de estarlo y es un lugar acogedor, a pesar de lo que pueda parecer, pero eso es algo que nos han enseñado los jóvenes», indica.

A lo largo del metraje, en el que se incluyen una gran cantidad de parlamentos de personas que a menudo pasan por la plaza, puede comprobarse no solo la gran variedad de perfiles, sino el respeto y la convivencia que se generan entre los chavales que son «radares de impostura, algo que no aceptan». «Lo que funciona allí es la naturalidad», señala Garrido que detalla que la cinta, que puede verse en Filmin, trata de reflejar «lo que pasaba allí en cada instante y cada momento».

Así pues, Fail Better ofrece pasar un día entero acompañado del arte, el ambiente y la compañía de quienes han dado un uso «no pensado» ni esperado a esta plaza, pero que cada minuto se completa con «instantes irrepetibles y únicos», en los que Garrido, y todo su equipo, «hemos aprendido mucho» aunque no quieren «proyectar una mirada naíf o de buenismo, pero tampoco aprovecharnos de sus historias, sino emular de la manera más precisa cómo fue estar en esa plaza».

Además, el hecho fortuito de que la plaza se convirtiera en lo que es se debe a que «no fue planeado» y es algo que «el Ayuntamiento debe saber que no puede imitarlo ni esperar que los chicos vayan a ir a algún lugar con el que los chicos no conectan en su forma de habitar». Dicho de otro modo, la plaza del MACBA es el hogar en el mundo de estos jóvenes y ese lugar cobra vida gracias a ellos.

Por ello, el conmovedor filme refleja a la perfección, sin imposturas, sin forzar nada, con la naturalidad de quien respeta a los usuarios de la plaza, que la del MACBA es una plaza al más puro estilo de ágora, un lugar de encuentro y «donde estos chicos pueden ser ellos mismos y hacen lo que les sale de dentro ya que en la escuela o en casa, quizá, alguien sí les juzga, pero allí no».