El sevillano Fahmi Alqhai posa con una viola de gamba.

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Cuando alguien oye viola de gamba lo más normal es que no sepa qué es. Tras la correspondiente búsqueda en internet, se descubre un instrumento que es algo así como un primo lejano del violín y que se dejó de utilizar en el siglo XVIII. Lo que no aparece tan fácilmente, y sorprende, es que hoy en día se toque a Jimi Hendrix con él. El responsable de ello es Fahmi Alqhai, considerado uno de los mejores violagambistas del mundo y que es, además, de Sevilla. Alqhai participa en el XLIV Festival Internacional de Música de Deià y recala hoy, a las 21.00 horas, en Son Marroig, y repite mañana en el Palau March de Palma y el sábado en el III Festival Internacional de Música de Sineu a la misma hora con un repertorio desdeBach a Hendrix. Y es que Alqhai, cuyos orígenes se remontan a Siria y Palestina por parte de padre y madre respectivamente, tiene fuertes raíces en el mundo del heavy metal. Como él mismo detalla, «yo venía del heavy puro y con 17 años tenía una banda». Fue uno de sus compañeros quien le animó a «estudiar en el conservatorio para poner un nombre a lo que tenía en la cabeza» y, una vez admitido, «vi que no había más instrumentos libres y solo quedaba la viola de gamba».

Al principio, confiesa el sevillano, le «cabreó» porque «no conocía el instrumento y no tenía nada que ver con la guitarra, que ya dominaba un poco», pero fue como «un matrimonio antiguo: poco a poco me enamoré de la viola». Por entonces, además, Alqhai también estudiaba odontología y reconoce que si no hubiera sido por la suerte ahora quizá «sería dentista», pero lo poco conocido del instrumento ayudó a «que me profesionalizara rápidamente y con 19 años ya vivía de tocarlo», por lo que tuvo claro que «no iba para odontólogo», bromea.

En Mallorca ha preparado un programa titulado A piacere con el que «pretendo darme la libertad de pensar en el público y tocar lo que me gusta». Por ello, hay piezas del origen de la viola, el español o el inglés, pero también de la Francia deLuisXIV, para luego «llegar a una versión del Cant dels ocells y dos temas de rock, incluido uno de Jimi Hendrix». A raíz de estos recitales pretende «que este instrumento no abarque solo una época histórica, sino descontextualizarlo para traerlo a la actualidad», o dicho de otra manera: «Mostrar lo que pudo ser y podría ser hoy en día para evitar que desaparezca de nuevo», señala. Y es que a pesar de ese inicio cocinado a fuego lento, cuando la viola de gamba se pone al servicio de Alqhai se generan chispas a través de su «sonido tradicional» que a él, personalmente, le recuerda mucho a la lira griega, que sería lo «más parecido que creo que hay».

Sonoridad

Se aleja, pues, de otros aparatos que «tuvieron una evolución y un desarrollo» mientras que este «tiene una sonoridad más ronca, con más armónicos, y fue por este tipo de cosas que desapareció», ilustra Alqhai que añade que «si un instrumento no se adapta a los gustos, al final desaparece». Eso fue lo que «le pasó a la viola de gamba que si ha vuelto es solo por una corriente de recuperación, si no, se hubiera quedado como algo de cuatro frikis». No obstante, aunque no ve «nada bueno ni malo en que desaparezca o no un instrumento», sí considera que la viola «tiene sentido recuperarla porque muchos compositores actuales escriben para ella y tiene una gran tradición».