Christina Aguilera actuará en el Mallorca Live Festival el sábado 25.

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El tiempo pasa volando, Christina Aguilera ya tiene 41 años. Aquella neoyorquina menuda y estilosa que irrumpió en el 99 con un sello distintivo, creando una escuela de imitadoras, ya ha entrado en la mediana edad. Se mantiene en forma, eso sí. Fue chica Disney y estrella pop, pero también rebelde, controvertida y polémica (aún colea aquella fiesta de Halloween en la que desatada por el alcohol acusó a Lady Gaga de haber arruinado su carrera). Pero no hay que olvidar que en los primeros compases del nuevo milenio, se hartó de colocar hits en los rankings. 75 millones de discos ha despachado la extrovertida y volcánica cantante de Staten Island que, por primera vez en su carrera, cantará en la Isla.

Será el próximo 25 de junio en el marco del Mallorca Live Festival, un evento con un contrastado y variopinto cartel internacional, que acogerá el Antiguo Aquapark de Calvià, y donde también tomarán partida gigantes como Muse, Franz Ferdinand, Justice o Metronomy. La norteamericana pisará el escenario con nuevo disco bajo el brazo, el homónimo Aguilera, en el que recupera el castellano en sus letras. A Aguilera se la conoce por su potente y matizada voz. Esta cantante, coleccionista de premios Grammy, ha tocado el prestigioso techo del Billboard Hot 100 hasta en cinco ocasiones, convirtiéndose en la cuarta artista femenina en liderar la lista durante tres décadas consecutivas (1990, 2000, y 2010). Cuenta también con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y tuvo el honor de ser la única artista menor de 30 años en la lista de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos de la revista Rolling Stone.

Portavoz

En paralelo, Christina Aguilera sigue utilizando su voz para hacer el bien. Desde 2009 es portavoz del proyecto Yum! Brands World Hunger Relief y ha ayudado a recaudar más de 150 millones de dólares para el Programa Mundial de Alimentos y otras organizaciones de lucha contra el hambre. En los últimos años, esta artista que nunca ha renunciado a sus genes latinos (su padre es de Ecuador y se crió escuchando español) se ha desempeñado con enorme éxito como coach de The Voice (La voz).