La escritora y periodista mallorquina Agnès Marquès.

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Un festival de música de verano. Una pareja, Clara y Álex, asisten. Ella se pierde y a raíz de ello entra en una serie de experiencias que la colocan frente a sus deseos, sus miedos y sus contradicciones. Esta es la temática de Ningú sap que soc aquí (Columna Edicions), novela de Agnès Marquès, periodista y presentadora del programa de RAC1 No ho sé y mallorquina de nacimiento, aunque por un pelo. Este es su debut en el mundo de la novela y reconoce que tiene un origen «romántico» y espera poder presentarla en Mallorca en el futuro.

En algunos sitios dicen que nació en Barcelona y otros en Palma, ¿en qué quedamos?
— (Risas) nací en Palma en el 79. Mis padres trabajaban allí y vivimos allí tres años. Fue una época que les dejó muy buena impresión y hemos mantenido mucho vínculo con la Isla.

Aclarado esto, ¿qué le hizo querer escribir una novela?
— Una idea romántica de la literatura. El periodismo es explicar historias y siempre había tenido la tentación de hacer una novela. He escrito desde pequeñita y he explorado todos los formatos y con esta historia empecé a tirar del hilo y aunque al principio era algo para evadirme del trabajo, finalmente cogió cuerpo y lo disfruté muchísimo.

¿Cómo surge la idea de ambientar la trama en un festival de música?
— Pues nace de mi experiencia en los festivales, algo que descubrí relativamente tarde, con 30 años, y me pareció una experiencia brutal. Era la bomba. Lo comparo con la gente que vive el fútbol con esa pasión compartida por miles de personas. Luego, al empezar a escribir, pensé que nunca había leído una novela ambientada en un entorno así y como quería que mis personajes se desinhibieran, pues el entorno era genial. Alcohol, drogas, música. Ideal para abrir la caja de Pandora.

El libro va acompañado de una playlist que ha publicado en su cuenta de Spotify, ¿cómo de importante ha sido la música para elaborar el libro?
— Ha sido algo inevitable. Yo soy muy melómana y necesitaba que sonara música porque cada capítulo hace referencia a una canción. En algunas suena en el ambiente, en otras aparece una frase, etcétera. Para mí fue necesario y para los que reconozcan los temas será una experiencia mucho más vívida. Y bueno, para los que no lo reconozcan, pues simplemente les ayudará a entrar mejor en la atmósfera.

El título de la novela, Ningú sap que soc aquí, tiene un doble sentido. Puede ser algo malo, en referencia a perderse, pero también bueno, permitiendo liberarse. ¿Es algo buscado?
— Sí, también funciona en sentido figurado porque no compartimos todo al 100% porque eso nos expone demasiado. Por eso era ideal el entorno del festival para levantar esas compuertas y puedan aflorar cosas como las filias, las fobias, etcétera.

¿Cómo se ve esto en la protagonista?
— A Clara le sobreviene primero ese vértigo de perderse, pero a la vez se acostumbra y descubre que tiene por delante esa experiencia para vivirla sin nadie más, solo ella, sin que nadie aplique su mirada sobre ella. Es una referencia a que vivimos en función de los deseos y la mirada de los otros. Es esa diferencia entre ser nosotros al máximo o ser como nos perciben los demás. No somos tan libres como pensamos porque eso nos condiciona y así, Clara tiene que aceptar que está sola y se le ofrece esta experiencia para saber quién y cómo es.

¿Por qué cree que esta visión que los demás tienen de nosotros mismos parece tener más peso que nuestra propia forma de ser?
— No queremos fallar a las expectativas de la gente que queremos, pero creo que somos muy poco generosos con nosotros mismos y esta idea se vive también en la novela. Desprenderse de la mirada de los otros y vivir más alineados con nuestros propios deseos es algo que deberíamos tener más en cuenta porque no somos más que seres insignificantes que, con suerte, viviremos 100 años en un planeta que tiene 4.500 millones de años. Estamos muy apegados a nosotros mismos y nos damos demasiada importancia, pero lo único que realmente importa son los años que estaremos aquí y deberíamos vivirlos al cien por cien.

¿Qué quiere decir con lo de vivir al cien por cien?
— Pues no estar tan pendientes de lo que se espera de nosotros, de la culpa y de los vínculos que establecemos con la gente. A veces, para hacer daño a los demás, no implica ser un salvaje, sino que a veces basta con cumplir tu camino porque no te queda otra que hacer lo que tienes que hacer aún sabiendo que harás daño a alguien haciéndolo. Debes ser coherente contigo mismo. Hay una canción de Andrés Calamaro que viene muy bien para esto y dice que ‘la culpa es un invento muy poco generoso’.

¿Contempla presentar Ningú sap que soc aquí en su Palma natal?
— ¡A mí me encantaría! Cada verano intento ir a Mallorca, donde tengo muy buenos amigos, y yo me apuntaría sin pensarlo. A ver si con suerte lo podemos organizar o a alguien le interesa porque sería algo genial.