Javier Campillo empezó a escribir la novela en 2017. | TRINIDAD PINAZO

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Pedro, un joven mallorquín de 29 años, y Eli, una inmigrante boliviana de 26, se conocen y enamoran durante el verano de 2017 en Magaluf. Ellos son los protagonistas de la novela de Javier Campillo (Palma, 1967) La isla de Eli (Ediciones Carena), que presenta esta tarde, a las 19.00 horas, en la librería Rata Corner de Palma. Le acompañará la cineasta Victòria Morell.

La isla de Eli es, por lo tanto, la historia de un amor de verano aunque, como avisa el autor, «es muy poco romántica». «Quería hablar sobre la generación que vino veinte años después de la mía que, como toda generación joven, tiene anhelos y aspira a tener esa porción de felicidad que nos prometen. Esta generación tuvo la mala suerte de que les explotó la crisis económica global, que cortó las alas a muchos. Y quería tratar estas cuestiones desde el punto de vista de los sentimientos, aunque fuera hacerlo con una historia de amor de verano, tan manida y socorrida, pero desde otras perspectivas, desde dos trabajadores del turismo en Mallorca», detalla Campillo.

Escenario

El escenario de fondo es, efectivamente, la Mallorca turística, aunque «sin hacer juicios de valor». «He intentado que sean personajes sin maniqueísmo, he hecho un ejercicio de empatía, de pensar cómo vivirían o ven Mallorca dos jóvenes que trabajan en el turismo con cierta precariedad», apunta. Es una precariedad que, puntualiza, no solo es económica, sino también de «convicciones». «Creo que la pandemia también ha aumentado el individualismo, hay más precariedad en las expectativas y en las convicciones; nos hemos vuelto más pasotas y eso es otra forma de precariedad», lamenta. «He hecho un ejercicio de hacer de Magaluf y Palma dos territorios literarios con dos personajes presuntamente anodinos, dos pequeños héroes», añade.

Portada del libro.

La novela, como reconoce el propio autor, ya empieza fuerte con el caso que se volvió viral del mamading. «Me documenté muchísimo, vi y leí entrevistas a la chica que lo protagonizó para hacer un poco de crónica, porque la realidad nunca es tan sencilla, la vemos con prejuicios morales y sociales. Magaluf es el Blackpool, ciudad costera del norte de Inglaterra, pero con más sol y menos clase, decía la chica. Dice que a Mallorca no se viene a ver ruinas romanas, sino que se viene a otra cosa. Está claro que no todos los turistas vienen a lo mismo y que, con 20 años, no te apetece hacer según qué», relata. En todo caso, matiza, «es una sacudida para empezar la historia, una excusa para luego hilar la vida de los dos personajes. Me parece un golpe de efecto interesante». El escritor también se documentó para la parte lingüística de ella, Eli, para mostrar «su realidad». La isla de Eli, explica Campillo, tenía un tercer protagonista, un hotelero, que también trabajaba en Magaluf. «No encajaba bien en la trama y terminé por excluir todos esos capítulos. Así que de todo ese material haré una especie de spin-off. Ya tengo esa historia medio escrita», asegura.