La pieza pretende alejarse de la estética tradicional de las zarzuelas.

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Revisitar los clásicos desde el presente implica también reinterpretarlos e incluso reescribirlos. Es algo que tienen claro los integrantes de la compañía Epidèmia Teatre, que han fundido tres zarzuelas en una: Mistela, Candela, Sarsuela. Se trata de una original propuesta creada a partir de El punt de les dones y Si us plau per força –de Frederic Soler, conocido también por su seudónimo Serafí Pitarra– y La gran sastressa de Midalvent, de Eduard Vidal i Valenciano. Con esta pieza, que obtuvo cuatro nominaciones a los PremisButaca de Catalunya el año pasado, la compañía se estrena ahora en la Isla, concretamente este fin de semana en el Teatre del Mar. Hay funciones esta tarde, a las 20.30 horas y mañana domingo, a las 19.00.

Mistela, Candela, Sarsuela es también «una reivindicación del teatro de aquí». «En la memoria de los intérpretes catalanes y de su público tiene que haber figuras como las de Pitarra. Creemos que, si no se adaptan y actualizan las piezas, estos autores y su patrimonio desaparecerán del imaginario público», señalan desde Epidèmia Teatre.

«En la memoria de los intérpretes catalanes y de su público tiene que haber figuras como las de Pitarra. Creemos que, si no se adaptan y actualizan las piezas, estos autores y su patrimonio desaparecerán del imaginario público», señalan desde Epidèmia Teatre. Sílvia Navarro y Gemma Sangerman firman la dramaturgia y, Sangerman, también la dirección. En cuanto al elenco, el montaje lo protagonizan Aida Llop, Mireia Lorente-Picó, Lluís Oliver y Joan Sáez.

Musicales

Para ello, la compañía deja a un lado los musicales anglosajones y los sueños de Broadway para acercarse a lo propio. «Esta propuesta es una oportunidad para recuperar nuestro patrimonio musical», afirman. De hecho, reconocen que conseguir las partituras de las tres obras que han escogido representar ha sido toda una aventura, de varias visitas a archivos y bibliotecas. Asimismo, destacan que en esta revisión se han tomado muchas «licencias», como cambiar los versos originales, recortar monólogos, añadir versos de otras piezas y se han alejado de la estética tradicional de las zarzuelas. A su vez, han «revisado» el papel de las mujeres para «empoderarlas».

Por otra parte, matizan que «nosotros decimos que hacemos zarzuela, pero no demasiada. Musicalmente, la nuestra es una zarzuela esperpéntica, con un final sorprendente, que tal vez hará que los puristas del género se lleven las manos a la cabeza. Mezclamos estilos musicales y épocas diversas. Hemos arreglado las partituras para adaptarlas a los musicales actuales o a la radiofórmula, así como hemos cuidado la otra música de la obra, la de las palabras, escritas en verso y en el catalán que se habla ahora, como decía Pitarra».