La actriz alemana Sandra Borgmann, caracterizada como Sylvie en la serie ‘Der König von Palma’.  | R.T.L.

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La actriz Sandra Borgmann (Alemania, 1974) uno de los rostros más populares de la televisión y el cine en Alemania y, ahora, una de las protagonistas de la serie Der König von Palma (El rey de Palma), ficción que se rodó el pasado 2021 en diferentes punto de Mallorca como el núcleo costero de Can Picafort o la Platja de Palma. En esta ocasión, la intérprete, conocida por el gran público por su trabajo en la famosa serie de Netflix Dark, se mete en la piel de Sylvie Adler, la esposa del protagonista (Henning Baum), quienes viajan a Mallorca para empezar de cero y abrir una cervecería en un chiringuito. Pronto, los problemas con el narcotráfico y entre la propia familia del matrimonio entrará en juego. Der König von Palma se estrenó el jueves 24 en la plataforma germana de streaming RTL+.

¿Quién es Sylvie Adler, su personaje en Der König von Palma?
— Nació en 1945 y creció en un duro régimen de mujeres en el área del Ruhr durante la guerra y después de la guerra, que arreglaban todo y no tenían miedo a nada, que hacían pasar a los niños por la guerra y caminaban por el fuego. Y así es como funciona Sylvie. Tiene poco miedo y tiene muy claro lo que le funciona y lo que no. Ella ama mucho a su esposo y la familia es muy importante para ella, pero también lo su seguridad, y ahí es donde Matti [su esposo en la ficción] y ella a veces se involucran apasionadamente.

¿Cómo fue desarrollar este papel?
— Un papel no existe per se, no te lo pones como un abrigo. Hay un guión y hay mucha gente pensando en cómo contar esta historia. Así que tienes muchas páginas con mucho texto y mucha gente con ideas. Y el rol entonces se desarrolla a partir de la interacción entre tus propias ideas y las de los demás. En nuestro caso, la acción transcurre en 1990. Cuando llegué por primera vez a la Isla, como Sylvie, tenía un peinado concreto, por ejemplo, que ya no se usa hoy en día. Sylvie ha sido como una gasolinera para mí.

¿Qué le atrajo del proyecto?
— Los guiones estaban increíblemente bien escritos. Empecé a leer la historia y no paré hasta que terminé. Me parece fascinante cómo se cuenta la historia de esta familia. Su historia se ve poco, es rara. Y es también la historia de una crisis después de 20 años de matrimonio, mezclada con la fiebre del oro y la mafia, la codicia, la fiesta y los abismos. Es genial. También lo fue actuar con Henning Baum, a quien tenía muchas ganas de conocer y de trabajar juntos. Su papel está totalmente hecho a su medida.

¿Estuvo en Mallorca durante todo el rodaje?
— Me quedé toda la filmación, nunca había estado tanto tiempo en Mallorca. De niña soñaba con el sur de Europa, pero solíamos ir principalmente a los Países Bajos. No sabía que en Mallorca el sol siempre brilla y hace calor, que el mar y el cielo siempre están azules y que hay palmeras por todas partes. Y aunque ahora tengo casi 50 años, la sensación fue igual de fantástica. Fui feliz todos los días y volví a cumplir seis años cuando salí por la puerta del hotel y dije: ‘¡Mira, una palmera!’.

Cuando regresó a Alemania, ¿seguía flotando en la nube mediterránea?
— Mallorca ha tenido un efecto duradero en mí, me costó mucho marcharme de la Isla. Cuando estaba en el avión y miraba por la ventanilla empecé a llorar. Aún extraño mucho Mallorca, la luz, los colores, el sol.

¿Hay algún papel en su carrera que haya significado más para usted que otros?
— Me gusta el mundo de Sylvie Adler. Un papel protagonista siempre es emocionante, pero también me gusta mucho jugar con personajes más pequeños en los que solo tienes dos o tres escenas.